No hubo caso, fue una temporada para olvidar rápidamente. Primero las sucesivas heladas de primavera, luego vientos que motivaron replantes en muchas fincas y al finalizar, un mes de febrero con más de 170 milímetros de precipitaciones líquidas caídas y hasta algunos sitios con granizo, hicieron que se perdiera mucho tomate para fábrica.

Cada sector habla de lo suyo, los productores dicen un número, las fábricas otro, los profesionales del agro lo que estiman. Pero a ciencia cierta y luego de extensos kilómetros recorridos por Suplemento Verde de DIARIO DE CUYO como todas las temporadas por los departamentos del Valle de Tulum, y en visitas a otras zonas como Jáchal e Iglesia, se indica que entre un 35 y un 40 % no es un mal número.

Por ello, esta semana, agricultores de San Martín y Pocito, comentaban que habrá que hacer bien los números para ver si conviene transplantar esta nueva temporada, que se inicia en setiembre. Aseguran habrá un fuerte raleo de gente y es más, dijeron a este medio que esperan las propuestas de las distintas empresas para ver con qué los ayudan, dinero, fertilizantes, plantines, guano, etc.

Difícil panorama por un año climáticamente muy dañino.