En el 2009 saltó a la escena pública al ser electa como virreina de la Fiesta del Trabajador Minero en Sarmiento. Por entonces Florencia “Flor” Martín era estudiante de la carrera de Ingeniería de Minas en la UNSJ y sus sueños se centraban en llegar a trabajar en algún yacimiento. 

Hoy y ya con experiencia a su cargo, la industria abrió a esta joven vivaz nuevas inquietudes orientadas al trabajo de la mujer minera. Es así que armó un proyecto destinado a promover la incorporación de mujeres en las operaciones de minería subterránea, espacio sobre el que no existen antecedentes en el país. “Cuando me recibí me fui a trabajar a Goldcorp Cerro Negro en Santa Cruz donde estuve cuatro años. Como Jefe de Mina tenía a cargo una de las minas subterráneas como la Mina Mariana, con 90 personas a cargo. En una ocasión a una chica que trabajaba conmigo, Andrea una madre soltera de 45 años, le ofrezco un cambio de área porque necesitaba un data entry  (tipeo de datos y secretaría técnica). No quiero, me dijo, mi sueño es ser operadora de subterránea en un Jumbo o una Scoop. La idea me quedó repicando y desde allí empezó todo”. 

Esto significó un trabajo de investigación para identificar antecedentes en el país o en países vecinos (ver La experiencia Codelco), determinar los objetivos y así presentar la propuesta al gerente de la empresa. En esa instancia ya había en la firma seis mujeres interesadas. Desde la visión de Flor la mujer consta de un potencial que perfectamente puede complementarse al del hombre en el laboreo subterráneo. “Está probado lo cuidadosa que puede ser una mujer en el manejo de equipos, lo que sería un gran aporte en cuanto a su mantenimiento, mi intención es que las chicas se inicien ingresando en la misma categoría que un hombre, potenciar habilidades propias del género y generar oportunidades del crecimiento femenino”, comentó Flor.  

En concreto el proyecto busca la inserción de la mujer con categoría inicial para hacer carrera hasta categoría cuatro, selección de las posibles operarias, capacitación en entrenamiento de minas (tres meses), entrenamiento a supervisores y jefes de mina, medición de los resultados. “Esta sería básicamente la estructura, hablé con la gerencia y luego traté de insertar la idea dentro de la estructura de un programa de la empresa llamado “Creando oportunidades”, llegamos a la instancia de capacitación en donde se dan fundamentos sobre minería, procesos, temas de seguridad en la carga de explosivos, en fin, sentar las bases para luego capacitar en diferentes equipos de perforación como Scoop o Jumbo”. 

Por un tema personal Florencia se desvinculó de la empresa en noviembre del año pasado. Luego comenzó a especializarse en Coaching  Ontológico “y así tener herramientas para el empoderamiento de la mujer, su lugar, sus logros”, señalo. Este nuevo inicio la llevará a viajar por el mundo en un itinerario que inicia en marzo en la India.

 

Pionera. Florencia Martin consta con el antecedente de ser la primera mujer en ser Jefa de Mina Subterránea y con tan solo 29 años.

Para quienes estén interesados en implementar un programa de introducción a la minería subterránea, pueden contactar a Flor al e-mail martin.florencia@hotmail.com

El caso de Chile

En 2014 Tamara Chanquey, de Rancagua, quien es técnico en Prevención de Riesgos, y Natalia Figueroa Gutiérrez, de Puente Alto, con algunos cursos de operador de planta y de perforadora subterránea, marcaron un hito en la empresa cuprífera Codelco: Fueron las dos primeras mujeres en integrarse a la mina subterránea de División Andina en esta firma. 

Por décadas esta faena minera había sido dominada por hombres y parte de ello se debía al mito  que la mina se ponía celosa si ingresaba una mujer y “cobraba su recompensa”, y por otro lado, el artículo 15 del Código del Trabajo de Chile señalaba hasta 1993: “Las mujeres no podrán ser ocupadas en trabajos mineros subterráneos ni en faenas calificadas como superiores a sus fuerzas o peligrosas para las condiciones físicas o morales propias de su sexo”. Hoy, Codelco se ha transformado en la empresa de la gran minería con mayor presencia femenina en la industria nacional: un 8,5 % de su dotación corresponde a mujeres, aproximadamente 1.600 personas.