Hoy iniciamos una serie de notas, que saldrán en la tradicional edición de Suplemento Verde de DIARIO DE CUYO, referidas a la visita al Estado de California de un grupo cuyano de productores y asesores técnicos del rubro semillero, quienes fueron invitados por una empresa de origen holandés, a una muy intensa y fructífera gira por diversas localidades.

Es nuestra intención dar a conocer no sólo los avances en la producción, el procesamiento y la comercialización de semillas hortícolas de los norteamericanos, que realmente sorprenden a cualquiera que entienda en el sector rural y justifican el porqué tienen el mote de superpotencia. Luego comentaremos otras actividades agrícolas como la almendra, la nuez, el vino, el algodón, el arroz, la alfalfa para forraje, la lechuga para consumo en fresco y el tomate destinado a la industria.

La recorrida comenzó por Bakerfield, un paraje multifacético en lo agrícola, donde la empresa, en varios predios diferentes, se dedica a la obtención de los bulbos de la cebolla que será la madre de las plantaciones de semillas. Esto en un primer año de cultivo. Luego, se acondicionan y son trasladados a otros sitios de California, donde se plantan para la obtención de la semilla, ya en el segundo año del ciclo.

Una de las atracciones es el riego, todo presurizado. Pero aquí cabe destacar que en un principio, es con tubos de aspersión, en equipos móviles livianos que van llevando de una finca a otra, y se arman y desmontan rápida y fácilmente; luego, agregan las cintas de goteo tradicionales, de uso ya común en nuestra región cuyana. Obtienen alta calidad y muy buena sanidad final. Todas las tareas de controles químicos (herbicidas, insecticidas, fungicidas, etc) los aplican vía cañería y no se ven por lo general obreros en las fincas. Utilizan semillas en siembra directa, afinan las calibraciones con máquinas neumáticas y similares a razón de 1,5 a 2 kilos de simiente por hectárea, aunque allí todo se mide en acres (aproximadamente 0,45 hectáreas).

Allí fuimos recibidos por las máximas autoridades de Enza Zaden, los holandeses Peter Konijh y Els Ten Dam, y el estadounidense Andrew Rainey. Se vieron campos de bulbos de cebolla, de siembra directa, con fecha primer quincena de febrero, incluyendo materiales de día corto e intermedio. Esta zona se riega con pozos de bombeo, es relativamente más nueva en explotación y les da muy buenos resultados. Las malezas son controladas mediante el uso de herbicidas, Herbadox y Dual Gold, son los que más usan. Los yuyos son iguales a los sanjuaninos, ya que la mostacilla, la correhuela y la cañota se vieron en algunos campos; aunque la prolijidad es asombrosa, y el control químico.

En palabras de Andrew Rainey, ellos no buscan la cebolla de calidad para mercado, sino la mediana y sana, madre de las semillas futuras. Tenemos que tamañar antes de transplantar. En variedades que se plantan en San Juan, obtenemos hasta 40.000 kilos por hectárea de bulbos en las marrones y hasta 25.000 kilos por hectárea en las rojas. No buscamos cantidad, sino un buen material de primer año, para lograr una buena semilla final al segundo año. Las cosechas son en el período de junio y julio. El sistema de riego mixto: primero aspersión y luego goteo es el que mejores resultados nos ha dado. En las rotaciones, Rainey dijo que utilizaban trigo preferentemente, y también algodón. Las cebollas de día largo para bulbos madre, se van más al norte para hacerlas.

Los suelos de esta zona son arenosos, finos, fáciles para los trabajos de campo, pero si agregan calcio al final para dar más firmeza a los bulbos. La ruta interna 119, por Old River también nos muestra muchas hectáreas de almendros, y alfalfares extensos donde cortan para fardos y rollos. En el mismo valle de San Joaquín visitamos varios campos con cebollas tempranas. Aquí la separación de las camas para la siembra directa era mayor, de entre 0,90 y 1 metro, y las líneas, según sistema y maquinaria utilizada eran 4 ya veces 6. Obtienen 2.500 bolsas por hectárea, de muy buena calidad de bulbos madres. Peter Konijh y Els Ten Dam explicaron a la delegación que la empresa semillera, el porcentaje que autorizan de cebollas fuera de tipo (otro color, forma, ciclo, etc) en una plantación es de hasta el 1%. Y trabajan seriamente para lograr eso. Es la base del éxito, ver muy bien lo que se planta. Además, aquí los suelos tienen cero salinidad, cero compactación y son muy buenos en textura y estructura.