Hasta que no les llegó una carta con los datos de sus familias adoptivas, ni Jasper Holl ni Edvin Lehtipuu sabían que en un lugar del mapamundi existía San Juan. Ahora que hace casi 4 meses que viven aquí, están enamorados de la idiosincrasia de la gente, del buen clima y del dulce de leche. Todavía les llama la atención la cantidad de perros que deambulan por las calles sin dueños y el alto de los tacos que usan las chicas. Comparan las exigencias escolares y la cantidad de días de "fiesta”. Ambos -uno es alemán, el otro finlandés- están en la provincia de intercambio estudiantil por un año, gracias a un programa mundial conocido como Youth for Undestanding o con sus siglas YFU, que tiene como finalidad crear lazos de amistad entre los pueblos por medio del conocimiento y el entendimiento intercultural. Cada año, más de 100 estudiantes entre 15 y 18 años cambian su lugar de residencia, como Jasper y Edvin, los únicos que en el 2016 llegaron a tierras sanjuaninas. La idea es que asuman la rutina del lugar, viajen, aprendan el idioma y se conviertan en un ciudadano más..
"YFU es una organización educativa, sin fines de lucro, filiación política ni religiosa, dedicada a promover la paz a través de sus programas de intercambio estudiantil que consisten, ni más ni menos que convivir con papás y hermanos adoptivos, compartir sus vidas, pero también su historia, sus costumbres y su cultura. Es una experiencia enorme para ambas partes. Para las familias que los reciben ya que ellos tienen que mostrarse como son y darles lo mismo que a sus hijos. No son ni un hotel ni un restaurante, ponen sus reglas y sus pareceres. Hospedar a un estudiante de intercambio es una forma de aprender sobre otra cultura sin viajar. Y para los chicos que hacen el intercambio, todo es nuevo. Y además ganan otra familia para siempre”, cuenta Isita Mallea, quien coordina la filial local de YFU con ayuda de otros voluntarios, tras haber sido parte de este intercambio, en su caso a Estados Unidos, a fines de los "80.
Con historia propia
Rachel Andersen hizo nacer en 1951, la YFU, en Ann Arbor, Michigan. Su idea era, después de los sinsabores y desasociegos que dejó la Segunda Guerra Mundial, restablecer la amistad internacional. Esta iniciativa estaba basada en un concepto básico: nadie puede odiar a alguien, ni tampoco a un país, si se lo conoce y lo entiende.
Por eso propuso estos intercambios juveniles. No es hacer turismo. Sino vivir la realidad de un país diferente.
Desde la fecha de creación hasta hoy, más de 258.000 chicos pasaron por esta experiencia.
A la Argentina, YFU llegó recién en 1964 de la mano del médico y director de orquesta Eric Simon, quien se ocupó de difundir la entidad en toda Latinoamérica. La sede local tiene una oficina en Buenos Aires y sus voluntarios se distribuyen por todo el país, tal como sucede en San Juan con Isita Mallea y Mauricio Taglioretti, entre muchos otros más, que son quienes se ocupan de acompañar a los estudiantes en el proceso, tanto los que se postulan para viajar al exterior como quienes llegan a la provincia para vivir su año aquí con sus familias anfitrionas. Ellos también son nexos para lograr que una escuela le abra sus puertas a un alumno extranjero, además de estar en permanente contacto para solucionar otros problemas "de la vida cotidiana” de los viajeros.
Programas vigentes
Cualquier época del año es oportuna para acercarse a la entidad que promueve dos salidas anuales: una en enero (con un programa de 6 meses, que es el que casi ningún sanjuanino elige) y otra en julio por un año. Antes hay que pasar una selección, hacer un trabajo escrito y un proceso de preparación.
Para el 2017, no hay ningún postulante local ni tampoco se recibirán estudiantes. De todos modos, ya están empezando a trabajar con miras al 2018.
Actualmente hay tres becas en vigencia: la Eric Simon -que tiene 5 lugares para chicos latinoamericanos que quieran viajar a Alemania, pagando un 50% del costo- y la llamada Martha Bigliani -solo para argentinos que quieran llegar a Tailandia y Estonia y financia el 100% del costo-. La tercera opción se basa en 7 chances para estudiantes argentinos con ansias de vivir en Finlandia, pagando la mitad del viaje.
Aparte se puede viajar por YFU a los diferentes países que se suman a la iniciativa. Hay 58 opciones, entre los que se destacan República Checa, Estados Unidos, Italia, Inglaterra, etc, y cuya elección depende de los intereses del viajero. Los valores del programa si bien dependen del lugar y la duración, rondan los 10.000 dólares y cubren los gastos de pasajes, seguros y asistencia médica, además costos administrativos que implica radicarse por un tiempo prolongado en otro país. La estadía corre por cuenta de la familia anfitriona que no está obligada a tener que ofrecer más que un techo y comida. Si se puede algún viaje para conocer el lugar, entre otros detalles de camaradería.
Fotos: Federico Levato

Entre besos y dulce de leche

Ni bien pisó suelo argentino, lo que más lo sorprendió a Jasper Holl, fue la calidez de los saludos. Para este alemán -oriundo de la ciudad Aachen- era algo impensado tener que besar a un hombre en la mejilla. Con los días lo entendió. Y ahora no es raro verlo demostrar el cariño de este modo.
Llegó en agosto a la familia compuesta por Daniel Di Cilia (el papá), Natacha Aguirre (la mamá), Candela, Malena y Gerónimo, sus hermanos de 17, 7 y 10 años respectivamente. En ese entonces los gestos y el traductor electrónico eran fundamentales. Ni él hablaba castellano, ni su familia alemán ni inglés, salvo Candela.
"Todo era raro. En la escuela alemana, nunca se cursa con los mismos compañeros, como acá. Uno va eligiendo las materias. Igual me gustó la escuela, y especialmente mi familia que ya me llevó a Barreal. Me llaman la atención los tacos de las chicas y los perros en la calle. Ya me acostumbré. Lo que voy a extrañar, aparte de la gente, es el mate que me encanta y el dulce de leche. Acá soy feliz, tanto que casi no llamo a mis padres en Alemania”, dice el chico que sólo extraña la independencia con que se mueve en Alemania. Acá, dice está más controlado.

La calidez del lugar
Edvin Lehtipuu no extraña ni el sauna que tiene en su casa -dice que en Finlandia hay en proporción tantos saunas como habitantes, para soportar el frío- ni su ciudad natal, Espoo, la segunda en importancia. Es que en San Juan, se encontró con un clima ideal, pese a los temblores y muchas cosas ricas. Pero fundamentalmente fue recibido con una familia (los Bataller-Arias) que le abrió las puertas de su día a día y de su corazón. Y eso él lo valora. Tanto como le parece importante el afecto de sus compañeros de la escuela San Francisco y de fútbol, deporte que practica dos veces a la semana en la "U”.
"Me encanta el clima y el fanatismo. Fui a ver a San Martín, pero perdimos. Y me puso mal. La gente es lo mejor. La escuela es muy diferente. En Finlandia estudio entre 5 y 8 horas, elijo las materias. Acá no es así. Eso sí, en San Juan hay muchas fiestas. Se celebra todo. Y eso me parece raro. El intercambio de un año es algo muy lindo. Todos tendrían que tener esta oportunidad”, asegura Edvin.
Sudamérica en el corazón

Nantawat Fohwong o como le dicen Zenki, viajó de Tailanda a Valparaíso, en Chile, para cumplir con su año de intercambio estudiantil. Y quedó tan fascinado con la experiencia, con su familia adoptiva y con el modo de vida sudamericano que una vez que lo terminó en el 2015 y que volvió a su país para terminar el secundario -tal como estipulan claramente las reglas- se convirtió en pasante de YFU. Por eso ahora está en Argentina como voluntario, tarea que piensa seguir realizando por un tiempo más.
Alemania a full

Mauricio Taglioretti algo había aprendido de alemán en el Colegio Central Universitario mientras fue alumno regular. Pero cuando su amiga le contó de las becas que ofrecía YFU para llegar a Alemania, ni lo dudó. Era su oportunidad para probar su nivel en el idioma que tanto le fascina, a punto tal que en la actualidad lo estudia en la Universidad de Córdoba. "Ese año me cambió la vida conocer otras realidades y valorar lo que yo tenía”, cuenta el sanjuanino que tiene el sueño de volver a Alemania o a Suecia, esta vez, para ayudar a otros a que vivan la experiencia. Y de paso, seguir explorando idiomas.
Para contactarse
Además de la página web (www.yfu.org.ar) y de las redes sociales (por ejemplo la filial local está en Facebook como YFU San Juan), los voluntarios de la entidad se ponen a disposición de quien lo necesite. Se los puede contactar llamando al 264-5893613 (Mauricio Taglioretti), 264-4122977 (Sol Soria), 564-4583174 (Camila Musante) y 264-4829929 (Martín Graffigna). Allí se puede consultar o pedir información sobre los programas disponibles e inclusive sobre los cupos de becas y requisitos para obtener el beneficio.
También es una forma para comunicar las intenciones de postularse como familia anfitriona, quizás uno de los puntos claves en el éxito y la perseverancia de este tipo de intercambio.
