Ángel Leota, presidente de la Corporación Vitivinícola Argentina.

 

Texto y foto: Adrián Alonso 

La Corporación Vitivinícola Argentina, llamada Coviar, es el único organismo privado y público de Argentina creado por una ley nacional, la 25.849, como el máximo organismo de la vitivinicultura nacional; donde están representados casi todos sus sectores, el primario, el elaborador, los mosteros, la uva pasa y de mesa y también los gobiernos provinciales a través de sus ministros de producción, en nuestro caso, Andrés Díaz Cano y en el caso mendocino Martín Kerchner Tomba, ministro de economía.

También están representados dos organismos nacionales claves por sus presidentes como lo son el INV y el INTA.

Suplemento Verde de Diario de Cuyo entrevistó al presidente de la Coviar, el empresario sanjuanino Ángel Leota, presidente de la Cámara Vitivinícola de San Juan también.

– Ángel, ¿hay planificación estratégica y sistémica en Coviar?

– Obvio, es un organismo que planifica y estudia el cambio estructural de la industria a corto, mediano y largo plazo. Exactamente Coviar administra los recursos dispuestos para el Plan Estratégico Vitivinícola -Pevi- Argentina 2020, asentado sobre cuatro patas fundamentales:
* Integración de pequeños productores a los mercados vitivinícolas.
* Desarrollo del mercado interno.
* Desarrollo del mercado externo.
* Investigación, desarrollo e innovación o I+D+I.

– Para San Juan, ¿qué significa contar con la presidencia de la Coviar?

Creo que contar con la máxima autoridad en el directorio de la Coviar para cualquier provincia es clave.

Así como lo ha sido para La Rioja y Mendoza. Además es un organismo muy federal donde están los representantes de Catamarca, Salta y por las demás provincias vitivinícolas, se ha elegido un representante de Río Negro, comprendiendo la zona Neuquén también.

– Considerando este panorama nacional, ¿cómo viene la cosecha 2019 en cuanto a calidad y cantidad?

– En calidad debemos comenzar hablando de Mendoza, donde el gobierno primero y el de la producción nacional Dante Sika, han declarado la emergencia agropecuaria, pero para zonas muy puntuales. Hay unas 11.000 hectáreas de producción con 100% de pérdida, aunque no está muy claro si se trata de una superficie 100% con vid u otros cultivos como chacra u olivos. Fue un fenómeno de una magnitud medianamente importante de todas maneras.

En general la sanidad viene medianamente bien. Con estas lluvias hay propensión a las enfermedades criptogámicas en los viñedos como odium y peronóspora que se da en la uva madura nada más.

El productor debe estar curando preventivamente y si bien las acciones preventivas son caras, lejos están de los costos de los remedios para los ataques en sí.

– ¿Y en volumen…?
 

– Estimamos contar con volúmenes similares a los del año pasado, es decir, no no superior al anterior vendimia, pero tampoco la merma de dos campañas atrás. Es una cosecha normal.

– Cosecha que va a impactar en los stock vínicos…
 

– Sí. Creo que el punto de vista del negocio vitivinícola, debemos dividirlo en cuatro partes.

* Primero el tema del mosto que casi no hay en existencia. Se ha exportado prácticamente todo lo que había y para este año hay planificadas unas 120 toneladas recuperando gran parte de los mercados perdidos.

* En el caso de los vinos blancos, el blanco incoloro está siendo demandado por los mercados de traslado, no con mucha facilidad, pero sí siendo demandado.

* En cuanto al blanco escurrido, debemos sacarnos de la cabeza que el consumidor lo demanda, tanto el elaborado de uva mezcla como cereza, que deberán ir a mosto y a esto deberán entenderlo el productor, pero fundamentalmente el industrial.

* Sobre los vinos de color tenemos un grave problema. Hoy tenemos un sobre stock en el mercado. Estimado en unos 400 millones de litros pesando en la plaza

– ¿Estos volúmenes cómo se traducen en meses de despacho Ángel?
 

– Y en el caso de vino de color, estimaciones del INV que condice con el observatorio vitivinícola de Coviar, coinciden al primero de julio hay unos 7,9 a 8 meses de vino de color de excedente que, más la cosecha nueva que se agrega, habrá vino de color para unos 20 meses más o menos.

– Esto grave para la industria, pero más grave para el productor… ¿la uva va a tener precio?

– Bueno, en el mercado de la uva al precio lo van a fijar las mosteras y será en función de las expectativas que ellas tengan de la exportación. El 92% del jugo de uva concentrado va a los mercados externos y el 8% restante camina a edulcorar en el mercado interno.

Creo que si no se revé, por parte del gobierno nacional, el tema de las retenciones y aumentar a los valores anteriores los reintegros, pronto tendremos bastantes problemas con el mercado externo para salir con el jugo concentrado de uva.
En el caso de las uvas tintas de color, con el sobre stock actual de caldos de color, no van a ser muy demandadas y como máximo podrán entrar a una maquila, salvo honradas excepciones como por ejemplo alguna variedad específica como el Malbec, sobre todo de lugares de Argentina donde esta variedad expone todo su potencial organoléptico como Pedernal, Cañada Honda, Zonda o Pozo de los Algarrobos en San Juan. 

 

El mosto concentrado y el vino blanco escurrido tendrán muy buen mercado este año.

 

– ¿Y el blanco de uvas blancas o incoloro?

Creo que va ser muy demandado este vino… Hoy es el vino más pedido en el mercado interno y lo que están pidiendo desde el exterior por lo que va tener un mercado fluido en la cosecha.

– Qué es en definitiva gran parte de la producción de San Juan…, ¿cómo impacta esto en el precio considerando los costos actuales?

– Exactamente. Gran parte de lo producido en San juan tiene este destino. Mire, los costos superan considerablemente los precios que pueda tener la uva. Por eso todos esperan que salgan las mosteras y fábricas de jugo de uva a determinar los precios. El precio es muy relativo y las bodegas podrán seguirlo de atrás

El costo de un kilo de uva supera ampliamente los $10 según el Observatorio Vitivinícola y este año creo debería valorarse este producto.

– Finalmente Ángel, ¿qué opina del pase de Graffigna de capitales ingleses a chilenos?

– Para mi es bueno. Significa una mayor interconexión entre capitales chilenos y argentinos. Con tomas de decisiones más rápidas y con mayor conocimiento del mercado vitivinícola por las características de la empresa adquirente. Creo que va haber mayor y mejor operatividad y agilidad en la labor de Bodegas Graffigna y esto beneficia a San Juan.