Opacados en el transcurso de la última década por el exponencial crecimiento del sector minero, nuestra agroindustria provincial después de aquel fuerte proceso de desarrollo que implicó la tan controvertida promoción agrícola e industrial; quedó relegada a esfuerzos de productores e industriales aislados carentes en muchos casos de herramientas comerciales idóneas y sin la

ayuda de políticas oficiales de coordinación y desarrollo. Intentando con suerte avanzar en el competitivo y cambiante mundo de los agronegocios.

Es intención es poner al alcance de los lectores las herramientas necesarias para poder avanzar en la comprensión del modelo agroindustrial que como sociedad tradicionalmente agrícola necesitamos desarrollar y consolidar.

Únicamente la consolidación y desarrollo de nuestra agroindustria, permitirá lograr el tan ansiado acceso a mercados nacionales e internacionales, que en virtud de la calidad, genuinidad y sanidad de nuestros productos, nos merecemos.

A través de desarrollos conceptuales y análisis sectoriales de la cadena de valor de nuestros principales productos agroindustriales, intentaremos dar una respuesta a preguntas tales como:

¿Cuál es la riqueza que como provincia productora de agroalimentos tenemos la capacidad de generar?

¿Cuál es la magnitud de nuestros productores e industriales?, ¿cuáles son sus fortalezas y debilidades?

¿Cuales las ventajas comparativas y competitivas de nuestras producciones?

¿Cuáles son las estrategias a implementar ante la realidad de producciones de commodities o productos diferenciados?

¿Cuáles son las restricciones logísticas y comerciales que "hoy" como provincia terminal enfrentamos?

¿Como desarrollamos planes comerciales coherentes tanto para mercado interno como externo?

Estas y otras tantas preguntas se abordarán de modo explicativo para poder llegar a todos los lectores interesados en el tema.

En virtud de estas consideraciones, ante la realidad de una actividad minera en stand by, el tema adquiere relevancia y actualidad. Así puede reivindicarse nuestra agroindustria como el motor de crecimiento que permita avizorar un San Juan económicamente viable y puestos en contexto.

Los Agronegocios actuales muestran la compleja realidad de un conjunto heterogéneo de actores que en las distintas etapas de procesos de producción primaria, industrialización y comercialización de productos agroalimentarios pugnan por imponerse en mercados que muestran las siguientes características:

* La globalización.

Difícilmente en la historia de la humanidad, la población del mundo con similares características en cuanto a nivel de ingreso, muestre pautas de consumo tan homogéneas. El desarrollo de las comunicaciones y logística, con su consecuencia de provisión global e internacionalización de marcas, muestran hoy al mundo como potencial mercado de destino de cualquier productor. Este proceso de globalización representa para nuestro país una gran oportunidad en virtud de sus fortalezas en término de ventajas comparativas y competitivas.

* Nuevos mercados de destino no tradicionales.

La occidentalización en los hábitos de consumo de países con economías socialistas y tercermundistas, en paralelo a la evolución favorable en el nivel de ingreso de sus habitantes, potencia el proceso descrito anteriormente ampliando el espectro de mercados de nuestros productos. China, Polonia, Rusia, Perú, citados a nivel de ejemplo, se muestran como destinos no tradicionales con menor nivel de protección que otros mercados tradicionales.

* Fuerzas competitivas más agresivas – los mercados regionales.

Mercado común europeo, Mercosur, ALCA, NAFDA, entre otros son manifestaciones de un proceso mundial de conformación de grandes mercados comunes que implicaron a nivel de la agroindustria la conformación fuerzas competitivas más agresivas y el crecimiento de barreras arancelarias y para-arancelarias a nivel global.

Este proceso de regionalización, hoy con final abierto, mostró en sus aspectos más sombríos la imposibilidad de igualar países totalmente heterogéneos en términos de provisión de recursos y productividad laboral, entre otros aspectos; siendo los conflictos socioeconómicos de Grecia y España, sus principales exponentes.

* Cambios e innovaciones tecnológicas.

Incremento de rendimientos por hectárea, ampliación de las fronteras agrícolas por el uso de semillas genéticamente modificadas, reducción en los ciclos de cría avícolas y pecuarios, informática aplicada a procesos industriales, incrementos constantes de productividad en todos los sectores agroindustriales, son el reflejo de la evolución del conocimiento aplicado

a la agroindustria. Esta aplicación de paquetes tecnológicos y sus consecuentes economías de escala requieren de una dinámica a nivel de inversión en infraestructura y capacitación del recurso humano que hoy como oferentes de un mercado global no podemos descuidar.

* Modificación de hábitos de consumo.

Sanidad, salubridad, alimentos de bajas calorías, comidas pre-elaboradas, alimentos y bebidas segmentadas por franja etaria, productos gourmet, alimentos orgánicos y el consumo "con conocimiento", entre otros; son facetas que modificaron nuestras pautas de comer y beber; generando una estructura de segmentación y nichos de mercado, que requiere del conocimiento de herramientas comerciales y de marketing impensado en otra época.

* Concentración y consolidación de cadenas de distribución y comercialización.

Concomitante al proceso de globalización, los agronegocios se han visto expuestos en las últimas décadas a un fuerte proceso de concentración tanto en aspectos productivos como comerciales. En forma paralela a la concentración productiva en grandes grupos económicos multinacionales, se verificó la concentración comercial a partir del auge del retail. Ambos fenómenos produjeron desequilibrios y tensiones entre los actores agroindustriales, siendo aquellos eslabones más débiles en magnitud los que pugnan por sobrevivir en este mundo de alta concentración; realidad esta que acentúa la necesidad de un intervencionismo estatal innovador y coherente.

* Conclusión

"El desafío de conocer nuestra agroindustria y sus actores, debatir sobre su desarrollo a futuro y perspectivas; está planteado. Solo la comprensión y resolución de nuestras debilidades en un esfuerzo conjunto público-privado permitirá el objetivo de posicionamiento de nuestros productos.

Ante esta realidad de los agronegocios, como sanjuaninos y argentinos nos debemos a la tarea de posicionar a nuestra provincia y país, como el supermercado del mundo, versión industrializada de aquella Argentina, que otrora fuera considerada el granero del mundo", concluye Carlos Pujador.