Comprometica. “Lo que yo hago es meditación en movimiento, enriquece mi vida y me compenetra al momento de crear”, dijo la artista.

 

Se autodefine como una mujer positiva y por tanto, no puede trabajar si está triste o enojada. Así es Lorena Gómez Luluaga, la orfebre que crea desde las emociones y que deja su impronta en un ámbito que hasta no hace mucho era solo de hombres. “Las mujeres aportamos mucho desde lo sensitivo y desde allí conectamos con la alquimia que los metales nos brindan, yo no puedo crear si estoy  triste o enojada porque eso se transmite, una vez que logramos esa conexión con el material inicia el proceso creativo que hará de esa pieza algo único”, resumió Lorena Gómez Luluaga, orfebre de pura cepa que hizo de este oficio su medio de vida.

 

Históricamente la orfebrería estuvo marcada por el sello masculino. Los primeros plateros llegaron al Río de la Plata con Pedro de Mendoza en 1536 y fue el sevillano Juan Velásquez el primero del que se tiene registro. A partir de allí se posicionó como un oficio transmitido de generación en generación y entre varones. Si bien no hay un hito histórico desde el cual se pueda marcar la incursión de la mujer en la orfebrería en el país, se puede decir que fue en estos últimos años en donde la presencia femenina marca su huella. “La mujer cuenta con una mirada especial vinculada a su naturaleza femenina dando origen a nuevas formas y al uso de materiales preciosos y no convencionales, pero fue también su profesionalismo, la capacitación en conocimientos técnicos lo que nos hizo ganar nuestro lugar”, opinó Lorena.

 

La historia de Lorena en la orfebrería inició hace 16 años e incluyó un perfeccionamiento con el reconocido Víctor Nobre. Este tiempo le daría lugar a conocer la técnica del calado, una de sus especialidades, y la exploración con diferentes metales y materiales. “Adoro la plata y el cobre por su maleabilidad, en el caso del cobre me gusta su energía, la mutabilidad de su color que puede pasar de brillante a verdoso, también me gusta realizar combinaciones con los materiales que junto en mis viajes como puede ser un trozo de tronco, depende lo que me inspire”, contó.

 

El cobre sería precisamente el metal que marcaría un hito en la trayectoria de la artista. Un tocado en el metal rojo con el que participó en la última edición de la “Noche del Cobre” (organizada en ese momento por Xstrata Copper la operadora de proyecto El Pachón), sería su nexo con el grupo de música fusión Tonolec. “Fue en 2013, con mi hija Luna fuimos a una prueba de sonido de la banda y entre autógrafos y charla le mostré a Charo Bogarín, la cantante, mi trabajo. Esa noche para la presentación en San Juan me pidió prestado mi tocado de cobre para actuar, pensé que alucinaba”, recordó.

 

Dos años después y para las presentaciones de la década aniversario de la banda, la propia Charo Bogarín encargaría a Lorena un tocado especial, puntualmente “una corona de guerra”. “Fue un honor para mí porque mi obra tiene que ver con el poder femenino, con el lugar de la mujer tantas veces acallado y con entender que el

 

Taller de Orfebrería

Lorena Gómez Luluaga tiene su taller en la “Nave Orfebre” una bioconstrucción en donde da sus clases de “Introducción a la Orfebrería”. Este mes iniciaron los cursos y las vacantes son limitadas. Los interesados pueden contactar a Lorena Gómez Luluaga al 4264078 – 154458821 o escribirle a lorenagomezluluaga@gmail.com. Los cursos se dictan los martes y jueves de 15:30 a 18 horas. Algunas de las personas que entraron en contacto con la obra de la sanjuanina tienen una marcada afinidad ideológica. Algo de esto sucedió con Charo Bogarín, del reconocido grupo Tonolec, cuando se puso el tocado de cobre hecho por Lorena (foto).