Cualquier persona que desde la semana pasada haya circulado por los alrededores del Centro Cultural Amadeo Conte Grand, lo habrá notado distinto. Es que por primera vez desde que fue construido ha dejado de ser gris cemento o quizás pintado de tono cremita como muchos edificios públicos para llenarse de colores estridentes. Y personalidad. Esto es así a partir de los murales que imaginó, diseñó y plasmó Elian Chali, un muralista trotamundos, que fue invitado a dejar su sello -famoso- aquí.
Elian Chali es un artista cordobés que es reconocido en el mundo entero. Al revisar su historial de apenas 31 años de existencia, figura que ha trabajado en al menos 32 países, de los más diversos. Solo por citar algunos ejemplos hay diseminadas obras de enormes dimensiones por toda Latinoamérica (Argentina por supuesto, pero además Brasil, Uruguay, México, Perú, Chile), Estados Unidos y Canadá, también Australia y Europa (España, Alemania, Italia, Ucrania, Portugal, Bélgica, Rusia). En varias oportunidades, fue invitado a la provincia pero cuestiones de agenda, compromisos y trabajos le impidieron llegar. Hasta ahora.
El lugar elegido como lienzo para Chali no fue casual. Para los artistas involucrados en esta iniciativa, el CCCG era el espacio ideal ya que es uno de los edificios del corredor urbanístico dependiente del Estado dónde se concentra la vida institucional y en este caso un polo artístico de San Juan que recorre el Museo de Bellas Artes, el Parque de Mayo, el Centro de Convenciones y otros espacios en construcción. "Si bien este lugar tiene vida propia, es escenario de talleres y punto de encuentro de las familias durante los fines de semana, estaba muy blanco, muy liso, muy vacío. Necesitaba que se le diera personalidad. Elian era el indicado para ello”, cuenta Agustina Cantoni, la mentora del Maaanso Festival, el encuentro de muralistas que se realiza en la provincia desde el 2016. Ella fue quien propuso usar estas paredes. Lo soñó desde hace tiempo. Y esta vez, las autoridades del Ministerio de Turismo y Cultura, entusiasmadas con la idea, le dijeron que sí.
Y con el sí de Chali, logró que se diera el primer paso del Maaanso Festival 2019, que ha dejado de ser un evento artístico de muralistas y graffiteros que tiene lugar una vez al año para tener acciones durante todo el año.
Entre geometrías y colores
Hasta aquí llegó, como suele hacerlo en cada punto geográfico dónde desembarca a cumplir su objetivo, sin conocer el lugar, pero cargado de información fundamental para él. Tenía data de las dimensiones de las dos fachadas a intervenir unos 400 metros cuadrados según los organizadores-, del contexto del edificio, de sus antecedentes y fotos. Suficiente como para darle forma a la idea que trajo bocetada.
"Trabajo con una línea estética bastante marcada, en este caso lo que hice fue pensar en el contexto y en los aspectos arquitectónicos. Era una fachada bastante limpia, antiguos galpones, interesantes para ponerle un punto de tensión de color al contexto, así es que lo hicimos bien estridente, geométrico y abstracto, con planos bien grandes de color para invadir toda la superficie y que parezca una sola gran figura”, traduce someramente lo que han dejado sus trazos sobre dos de las paredes del Conte Grand, las que invitan al eventual transeúnte a definir por su cuenta, sin tener la necesidad de contemplarla sino vivirla.
"Me interesa que cada persona vea lo que quiera y sienta que este lugar lo invita a sumergirse, a abrir la puerta y entrar a este mundo. Para mí, la pintura es una construcción que hago a través del color, la geometría y la morfología para lograr punto de tensión, es un instrumento para señalar otros aspectos. Me gusta incidir en la arquitectura, que se plantea rígida, estática, inmóvil, sólida y pensar cómo se puede dinamizar, o cómo se pueden generar cruces o doblamientos de esa arquitectura solo con el maquillaje de la pintura” argumenta este fanático de lo que él mismo llama "las obras de arte que no fueron concebidas como obras de arte”.
Además de destacar los cuidados urbanísticos y del paisaje en los alrededores del Conte Grand, este artista, reconoció lo que buscó plasmar en sus paredes. "De algún modo, trabajar con los colores primarios y formas básicas remite a algo lúdico, inclusive a algo infantil. Pero si se mira bien, tiene un tratamiento con algo de agresividad por así decirlo. Es un juego ambivalente”.
Chali trabajó con su equipo desde el domingo 28 de abril al viernes 3 de mayo jugando con rojos, amarillos, negros, verdes. La obra está a la vista. Basta con cruzar la plaza o el parque.
Conocedor de las calles
Elian está convencido que dos cuestiones lo llevaron a apropiarse de las calles y los edificios como soportes para su trabajo. La primera, su temprano interés por la aventura y por los deportes de calle, tal como llama al espacio dónde se practica skate o bici, los divertimentos junto a su grupo de amigos del barrio. El otro, su pasión por la cultura punk. "Me encanta la música punk entonces conozco los circuitos dónde circula este tipo de producción independiente o, por así llamarlo, alternativas”, dice.
"Tengo un vínculo muy fuerte con la ciudad desde siempre. Considero que he vivido la ciudad a cada rincón. Así es que no es extraño que se transformara en el tema de mi obra. Un poco la excusa de la pintura o la excusa del arte público es poder permanecer o habitar ese lugar de otro modo, claro que se ha vuelto un lugar bastante controlado, como en San Juan que hay una cámara de seguridad por metro cuadrado”, explica Chali.
Como buen conocedor de la calle, montó una estrategia, inteligente, para apropiarse por primera vez de un espacio. Fue un rinconcito escondido cerca de la casa de sus padres, en una cancha de paddel abandonada. "Córdoba es una ciudad, desde hace muchos años, que está medio abandonada, descuidada, no hay mucha preocupación por la recolección de la basura, hay resabios de falta de limpieza a cada paso, está contaminada. Por eso cuando a un vecino le ofrecen que le van a hacer una obra en vez de esa suciedad, accede. Mi estrategia fue siempre buscar lugares deteriorados, con dueño o sin dueño”, confiesa.
Es autodidacta. Porque, dueño de una gran personalidad, repite que no tiene estudios académicos de Arte por decisión política personal. Sí, estudió Diseño Gráfico, pero nunca lo ejerció formalmente, aunque en sus obras hay indicios de estos y otros tantos conocimientos e intereses.
Muy chico, con apenas 16-17 años, empezó a pintar. Y a los 20 ya se dedicaba por completo al arte. La oportunidad de viajar por el mundo y que su trabajo tomara el rumbo actual que no sólo se limita al arte público allí donde lo convoquen y le interese por supuesto sino además da clases, clínicas y hace curadurías- se coló entre sus rutinas en el taller, sus exhibiciones de obras en diferentes formatos, la fotografía y la escritura.
A esta altura de las circunstancias no sabe con certeza el número exacto de obras diseminadas por distintos países. Si en cambio, puede decir que ha pintado en 32 países. Entre sus preferencias, elige edificios que albergan entidades de bien público, centros culturales, instituciones, museos, ayuntamientos. Inclusive le ha dado color a los pisos de canchas de fútbol. Generalmente responde a invitaciones ya que no tiene mucho tiempo de generar propuestas, aunque sí lo ha hecho cada vez que tiene un deseo puntual. De hecho su agenda está cargada de compromisos hasta marzo del 2020. De San Juan partirá a Valencia y de allí tendrá que recorrer Córdoba, Buenos Aires, España, Italia, Finlandia y Estados Unidos para concretar los proyectos que están dando vueltas por su cabeza.
Otra cuestión que tiene en claro es que no vuelve a pintar un mismo edificio.
"Lo que yo hago es un gesto temporal. Un señalamiento temporal. No me propongo cambiar ciudades. No creo que nadie pueda hacerlo. A menos que sea el Estado. Me gusta hacer un mínimo seguimiento para ver qué pasa. Pero jamás haría algo para frenar su deterioro. Si se modifica por el paso del tiempo y por la intemperie, está bien, es lo que tiene que ocurrir. Después vendrá otra persona y pintará lo suyo. Es la lógica de socializar los espacios. Concibo este arte como es un hecho colectivo”, dice quien se considera un trabajador del arte.
La ciudad de Chali
"Todas las ciudades del mundo tiene cosas en común, tienen constantes, obviedades. Creo que hay un modelo de ciudad básico, inamovible. Todas tienden a que sus centros sean bancarios, generar allí la condensación de gente, el movimiento, las zonas de esparcimiento. Por supuesto que pueden cambiar a nivel estético, arquitectónico, incluso a nivel funcional. Hay ciudades que funcionan mejor que otras. Otras, como ésta, que todos los árboles son regados por un ser humano. Nunca por naturaleza. Y eso es una gran influencia. De todos modos, hay características que las van diferenciando. Pero en general hay un modelo de ciudad capitalista que es el que se sigue y en el que no faltan centros culturales en epicentros, legislaturas, oficinas, bancos. Para mí, lo que diferencia una de otra, son las personas que hacen la ciudad”.
De aquí y allá. Además de pintar en el mundo, en el país hay muchos trabajos de Chali. Edificios de Buenos Aires (como el Centro Cultural Konex, entre otros lugares), de su Córdoba natal, Mendoza, Neuquén, Rosario, Tucumán y ahora San Juan le sirvieron de lienzo.
El que más le costó de todos fue uno en Moscú por las limitaciones del lenguaje y de los códigos culturales. Fue difícil pero no imposible.
Hay equipo
Aunque es el autor de la obra, Elian no trabaja solo. Pero para plasmarla, lo acompañan desde Córdoba, Simón Buzzolari y Adrián "Ladrón” Guevara como parte del equipo. Y en San Juan, los muralistas Marcos Díaz (conocido como Mad Sismo) y Nicolás Marinero del grupo "Calamar”. Ellos tuvieron 10 horas de trabajo diario de domingo a viernes para terminar los dos murales del Amadeo Conte Grand.
Más Maanso
Hasta ahora, el Maaanso Encuentro Internacional de Muralistas y Graffiteros copaba una semana del mes de octubre. Pero con la intervención de Elian Chali y otras acciones similares que hay en carpeta se pretende hacerlo funcionar todo el año.
Este festival que nació en el 2016, cuenta con el apoyo oficial de la Dirección de Industrias Culturales y tiene el auspicio de la firma sanjuanina Kolormax, es una semana de encuentro con artistas de distintas partes del país y del mundo en contacto con sus pares sanjuaninos, que se ocupan de "cambiarle la cara a las paredes de viviendas y espacios desocupados, pero también tiene un carácter de integración social y de resignificación del espacio público”, define su idea Agustina Cantoni, conocida en el mundo artístico como Nunet.
El festival en cuestión ha convocado a artistas brasileños, paraguayos y chilenos.
En la primer edición participaron 20 muralistas invitados y 8 sanjuaninos. Se pintó el skate park de Capital, distintos puntos del centro y se inició con el circuito del cementerio con apenas 4 murales.
La segunda edición, en el 2017, tuvo como epicentro el cementerio y sus alrededores, especialmente el llamado barrio La Puñalada. 68 artistas de otras provincias y el exterior y 48 sanjuaninos tuvieron en sus manos la tarea de hermosear estas paredes.
En el 2018, todo el trabajo se concentró en Chimbas y en total participaron 187 artistas, incluidos los locales. En esa edición, por primera vez se pintó un edificio privado ubicado en Avenida Central y Alem.
Durante todo este tiempo ya se han intervenido más de 2.000 murales.
La idea es en un futuro no muy lejano que fruto de estas acciones se pueda crear una ruta de los murales de San Juan.
Fotos: colaboración Elian Chali y Ministerio de Turismo y Cultura