Facciones árabes, altura de basquetbolista y una pausada tonada venezolana. Estos son tres rasgos característicos de Kamal Abi Farag, un ingeniero en petróleo de 41 años que hace más de una década decidió dedicarse a la actividad minera y hoy es el gerente de la empresa Orica en Argentina.

“Desde que inicié mi carrera laboral he viajado mucho por diferentes países de Latinoamérica, pero estuve muy vinculado a Brasil, donde trabajé más de seis años y donde nació mi segundo hijo, Kaled. Posteriormente con mi mujer y mis dos hijos nos mudamos a Santiago de Chile, donde también estuve viviendo muchos años. En marzo llegamos a San Juan, una ciudad increíble, tan tranquila y con gente buena y humilde que me recuerda a Maturín, mi pueblito natal”, comentó Kamal.    

“Mis hijos se habían olvidado un poco de cómo andar en bicicleta viviendo en Chile, ahora hasta yo me compré una y salimos a andar los tres juntos”.

El gerente de la empresa que ofrece productos y servicios para la minería indicó que sus hijos Kamal (11) y Kaled (8) se sintieron como en casa desde el primer día que llegaron a San Juan, tanto en la escuela como en el barrio.

“Venimos de vivir en ciudades muy grandes, donde la gente pasa mucho tiempo recluida en su casa por seguridad y por las largas distancias. Mis hijos tenían dos bicicletas en Santiago que no habían usado nunca, aquí en San Juan ya se las he arreglado cuatro veces. Eso es porque salen a andar, es más tranquilo, más seguro, la gente es amable. Incluso cuando les pregunto sobre sus amigos del colegio, me responden que todos sus compañeros son amigos. Eso no nos había pasado en ningún otro lugar y es una sensación muy linda, como padre o madre te brinda mucha tranquilidad a la hora de afianzar a la familia”, aseguró.

El ingeniero en petróleo también confesó que desde que arribó a la provincia ha sentido más nostalgia de su familia paterna y su país, que estando en Brasil o Chile. En principio esto se debe a que San Juan comparte muchas similitudes con su ciudad natal: “Maturín no es un pueblo grande, beneficiado fuertemente por la actividad petrolera, como San Juan se ha nutrido fuertemente de la actividad minera, aprovechando los recursos para mejorar la ciudad y el nivel de vida. La gente es amable, trabajadora, suelen juntarse mucho las familias y los amigos, cosa que no sucede en todos los países”, indicó Kamal Abi Farag.

“San Juan debe ser tomado como ejemplo a nivel nacional para mostrar cómo una provincia con recursos puede explotarlos y administrarlos a favor del desarrollo”.

Y agregó: “Entonces para mí, llegar a San Juan fue como reencontrarme con todo eso y a la vez te permite revalorizar muchas cosas. Aquí las personas son más cálidas, más abiertas, con un pensamiento más familiar y con mucha humildad y esto nos ha servido a nosotros como familia para unirnos más, porque han sido diez años de viajar y de adaptarnos a cambios permanentes”.

Sobre la realidad social y económica que atraviesa Latinoamérica en relación a la minería, Kamal aseguró que uno de los factores más importantes es la confianza y el  plazo de retorno de las inversiones. “Las empresas mineras saben que la actividad es a largo plazo, y tienen previsto esto, pero lo que les afecta básicamente es la seguridad y la confianza. Es por eso que se debe trabajar fuertemente en demostrar esa estabilidad y transmitirla para que los capitales decidan invertir en el país”.

Y concluyó: “Más allá de las diferencias políticas que puedan existir entre Argentina, Brasil, Chile y Venezuela, se debe encontrar un forma de conciliar intereses básicos y estratégicos. Es la única manera de generar confianza para todo un sector inversor que observa desde afuera”.