Sin descuidar toda su formación académica, Stella Malaroda -platense de cuna, pero sanjuanina por adopción desde la década del "80- dejó de lado por un ratito la rigurosidad científica para "darle una vuelta de tuerca” a todos los conceptos que adquirió a lo largo de su vida como astrónoma, con el único fin de contárselos a los chicos en forma de e-book o lo que es igual a un libro digital. Para ella, la experiencia de "Un viaje por el universo” -del cuál hay, a esta altura de las circunstancias, tres tomos- fue por demás enriquecedora, ya que le demostró el enorme interés que tienen los niños en edad escolar sobre los temas que se refieren al espacio, las galaxias, las estrellas y los planetas.

Esta doctora en Astronomía, jubilada de hecho pero en actividad constante -planea hacer su cuarto libro y seguir editando catálogos de astronomía en el ICATE (Instituto de Ciencias Astronómicas, de la Tierra y del Espacio dependiente del CONICET)-, cuenta cómo fue su experiencia de escribir para niños.

-¿Qué encuentra el lector de "Un viaje al universo”?

-Los tres libros son "Un viaje al universo” que hace un niño que mira el cielo y va descubriendo cuerpos celestes. La diferencia entre los libros es que el primero fue una introducción, una astronomía práctica, dónde les escribo sobre cosas comunes que hay en el cielo, una especie de ABC, como por ejemplo las constelaciones, el movimiento de sol o cómo determinar los puntos cardinales que es algo conocido en San Juan pero poco usado en el resto del país. Mientras que el segundo está referido a los planetas, estrellas y otros astros, entonces describo con más detalles algunas cuestiones científicas pero adaptadas a la terminología que usan los niños que son los verdaderos destinatarios y ya el tercero, me permitió analizar aquellas estrellas que yo llamo "los astros inquietos” y que son las estrellas variables, porque todas las estrellas cambian a lo largo de sus vidas que se miden en millones de años, razón por la que quizás nosotros no veamos las variaciones, pero al estudiar el fenómeno científicamente nos damos cuenta por ejemplo que varían en su brillo. Ese cambio es el planteo del libro, algo que llama la atención desde la antigüedad porque se toma como una cuestión mágica. No es magia, es por ejemplo, una estrella llamada supernova incluso en el sol se modifican las manchas que tiene en su superficie.

-¿Cómo se adapta una terminología o conceptos tan específicos al lenguaje de un niño?

-Yo tuve la suerte de poder aprenderlo sobre la marcha de mi trabajo. Entre el 2006 y el 2009 estuve a cargo del Programa "Ciencias del Cosmos” de la Universidad de La Punta, en San Luis -en dónde se editaron los tres libros- y nuestra principal actividad era divulgar la astronomía al común de la gente, tanto para grandes como para niños. Para eso contábamos con un parque astronómico al que venían muchísimas escuelas para recibir una charla y vivenciar un día en la tarea de un observatorio o el trabajo científico. Justamente en esas actividades es que uno va aprendiendo cómo hablarles a los chicos y va descubriendo también los temas que les interesan por medio de sus preguntas y sus comentarios. En general la gente asocia a todo lo vinculado al universo con "algo mágico”, inclusive los pequeños enriquecen las charlas con lo que ellos ven, con lo que imaginan y con todo lo que les da curiosidad. Todas esas experiencias fueron las que me animaron a escribir.

-Fue un gran paso en su vida, casi como el del hombre en la luna.

-El año 2009 fue designado como el Año Internacional de la Astronomía y se trabajó muchísimo en San Luis, ese fue mi mayor incentivo. Esto, sumado al profesionalismo del arquitecto Leandro González, que hizo las ilustraciones más fotos que saqué en La Punta o de la Nasa misma, me facilitó el trabajo. Con Leandro, que es mi yerno, inclusive con mi marido (NDR: Hugo Levato, con quien también comparte la profesión), mis hijos y mis nietos que fueron mis primeros lectores, charlamos mucho sobre los temas y sus curiosidades, sobre cómo escribir algo para que se entiendiera mejor y también por supuesto qué descartar. Me encantó este trabajo, tanto que después del primer libro, me entusiasmé con seguir escribiendo.

-¿Imaginó alguna vez en su carrera de científica terminar siendo escritora?

-La verdad es que no, pero en esos años di tantas charlas que me acercaron a los niños, especialmente a los de la primaria, que fue como una consecuencia. Los libros fueron tan bien aceptados porque con mis nietos los llevamos a sus escuelas y tuve la oportunidad de dar charlas, es más hasta se presentaron en la última Feria del Libro, que ahora quiero dar un paso más. Por eso, estoy haciendo el curso de escritura y redacción en los talleres para adultos mayores de la UNSJ para tener más herramientas.

-Material tiene de sobra para escribir…

-Es un tema que atrapa a los chicos. Paralelamente ellos tienen curiosidad y manejan información. Hay muchas cosas lindas para incentivar a los niños. Y a la vez, hay que tener cuidado porque cuando miran internet no pueden leer cualquier cosa. Por eso, yo les sugiero páginas con contenidos con sustento científico.

-Quizás uno de los rasgos más atractivos del libro es justamente que tenga acceso desde una computadora.

-Esa fue una decisión de la Universidad de La Punta. En realidad esta universidad ha editado muchos libros, algunos sobre historias de científicos, en formato e-book. Esto hace que estén a disposición de todos y en este caso, que el acceso sea gratuito. Inclusive da la posibilidad de imprimirlos. Esto sirve para que los chicos y sus papás, inclusive, las docentes lo utilicen como material para la escuela en una clase o en la casa como libro de lectura.

-¿Ya tiene borrador el cuarto libro?

-Todavía no, pero hay intenciones.

-¿Cómo se siente después de haber hecho gran parte de su vida personal, familiar e inclusive profesional en San Juan qué a sus libros se lo editen en una universidad puntana?

–Yo me he dedicado mucho al trabajo con niños en San Luis porque ellos me han incentivado para eso. De todos modos, tanto yo como mi esposo y los profesionales del ICATE estamos siempre dispuestos a ir a dar charlas y acercar nuestros conocimientos a todo aquel que lo pida porque respecto de las cuestiones del universo nunca está dicha la ultima palabra, siempre tenemos novedades para contar.