Basta recordar las palabras del exsecretario de Desarrollo Minero de la Nación, Mario Capello, en la última feria minera realizada en San Juan: “El negocio del litio es ahora”. Y al parecer tenía razón. Actualmente California, Europa y África buscan hacer punta en el negocio del litio para reducir su dependencia de las grandes potencias como China, Australia, Chile y Argentina, aprovechando la lentitud con la que operan algunos yacimientos latinoamericanos en relación al estratégico mineral para baterías eléctricas. Cabe destacar que el triángulo del litio sudamericano formado por los salares argentinos, chilenos y bolivianos acumulan casi el 70% de las reservas mundiales del valioso mineral energético usado para innumerables aplicaciones eléctricas.
“Los mercados no esperan a nadie, y por más que tengamos las reservas más grandes del mundo, el litio está presente en muchos continentes y basta que ellos aceleren sus inversiones y proyectos para que el litio sudamericano pierda competitividad”, explicó el ingeniero Capello en una nota realizada el año pasado.
Hoy, el millonario Warren Buffet (parte del oráculo bursátil de Estados Unidos) olió dinero en el litio y quiso apostar por él. Buffet pretende extraer el mineral de sus pozos geotérmicos en el lago salado Salton Sea de California para proveer al fabricante de autos eléctricos y baterías Tesla. Este actor potente amenaza la preponderancia en reservas que tiene hasta hoy el llamado triángulo del litio, esa región conformada por el Salar de Uyuni en el sur de Bolivia, el salar del Hombre Muerto en el noroeste de Argentina y los salares de Atacama y Maricunga, en el norte de Chile.
Sin embargo, el gran potencial del Sur no está siendo explotado a gran escala aún: en Chile, las compañías SQM y la estadounidense Albermarle son las únicas que están extrayendo a toda máquina. En Argentina, lo explota principalmente la canadiense Lithium Americas y en Bolivia sólo hay una pequeña planta piloto de la empresa estatal YLB, aunque tiene planes mayores.
Del otro lado del mundo, actualmente Europa consume el 25 % del litio a nivel mundial, pero depende de las importaciones de Australia, Chile, Argentina y China. El viejo continente ha sido bastante lento en este sentido, pero los grandes fabricantes de autos eléctricos europeos ahora tienen ambiciosos planes para incorporar un modelo eléctrico en cada una de sus líneas o gamas para finales de esta década.
Es por ello que en Cornualles, Inglaterra, la compañía Cornish Lithium busca salmueras subterráneas e identificación de depósitos económicos mediante la inversión de 1 millón de dólares en un proyecto piloto. Por su parte, al otro lado del Golfo de Vizcaya, en la región más cálida del norte de Portugal, la empresa Savannah Resources anunció recientemente una mejora del 52% de sus recursos probados en el yacimiento Mina do Barroso. La mencionada mina comprendería recursos por más de 14 millones de toneladas en más de 1% de litio, ubicándola en la categoría “de alto grado” con una vida útil de 30 años.
Por su parte, el continente Africano se posiciona también dentro de la competencia del litio pero desde el punto de vista de la producción de baterías, intentando fomentar aún más la enorme capacidad industrial que poseen algunos países debido a la gran presencia de minerales necesarios para la fabricación de baterías de ion-litio.
Sólo Sudáfrica dispone de casi el 80% de las reservas conocidas de manganeso de todo el mundo, componente de gran importancia para dichas baterías. Como las empresas que producen las baterías de iones de litio disponen de mucho capital y el precio del manganeso es relativamente bajo, han podido importarlo desde Sudáfrica.
Según analistas internacionales, con el tiempo, un mercado creciente justificará la creación de una central africana de producción de baterías. Sin embargo, para fabricarlas a un precio competitivo, el mencionado continente necesitará instalaciones a gran escala con inversiones de al menos 1.000 millones de dólares.
>> Los competidores
En California
El fondo de Warren Buffett, está manteniendo conversaciones para que le permitan extraer litio de sus 10 pozos geotérmicos en Salton Sea California, según el Financial Times. Según el documento de levantamiento de fondos, la nueva compañía está todavía en fase de financiación, de la que se espera se levanten 20 millones de dólares mediante colocaciones privadas. El costo total del proyecto ascenderá a 2.500 millones de dólares según estimaciones de la compañía. De materializarse el acuerdo, este se traducirá en la producción de 90.000 toneladas de carbonato de litio al año, por un valor de 1.500 millones de dólares a precios actuales.
En Europa
La tecnología para refinar los depósitos europeos de roca dura está bien establecida en ambos países (Reino Unido y Portugal). Los analistas entienden que en relación a la cantidad de recursos, ubicación central de los yacimientos en el continente y el valor actual del litio en el mercado, “el financiamiento no debería ser un inconveniente”.
Combinados, ambos proyectos podrían volver a la Unión Europea más autosuficiente en relación a los suministros de litio. Además, estaría menos expuesta a proveedores extranjeros como Chile, Australia y Argentina y también a cadenas de suministro extendidas que pudieran alterar a futuro su plan de vehículos eléctricos.
En África
Sudáfrica dispone de casi el 80% de las reservas conocidas de manganeso de todo el mundo, componente de gran importancia en las baterías eléctricas. Como las empresas que producen las baterías de iones de litio disponen de mucho capital y el precio del manganeso es relativamente bajo, han podido importarlo desde Sudáfrica. Con el tiempo, un mercado creciente justificará la creación de una central local de producción de baterías. Solo en una fábrica que produjera millones de acumuladores diarios de excelente calidad, el precio por pieza podría competir con las creadas en otros continentes. El desafío africano será la capacidad de obtener los recursos necesarios.