Dos grupos de estudiantes de distintos establecimientos educativos secundarios comprobaron después de varios meses de investigación y pruebas que se puede generar gas para uso doméstico a partir de los excrementos de los perros y otros mamíferos y que es posible habitar ambientes menos calurosos y menos fríos a partir de paredes de materiales reciclados. Sus trabajos más allá de ser una puesta en práctica de lo aprendido en algunas materias y de la experiencia de ser "científicos por un rato", podría ser la solución para algunas familias sanjuaninas que viven en zonas alejadas y sin mayores posibilidades de tener una conexión al tendido de gas natural por un lado y por otro, para aquellos que no puedan acceder a elementos tradicionales que les aseguren un buen clima. Por esas propuestas, hace unos días, los alumnos del Colegio Integral Independencia y del Colegio San Pablo fueron premiados por la filial local de las Fundaciones Grupo Petersen con su concurso de proyectos sobre la Innovación Educativa y Sustentabilidad. Cada uno recibió un cheque simbólico de 1.500.000 pesos para concretar cada proyecto.
La instancia de premiación de la cuarta edición de la contienda fue el corolario de un proceso por demás significativo y que incluye una capacitación virtual de 6 meses en las temáticas Ciencias, Matemática y Tecnología, además de la orientación para elaborar aprendizajes basados en proyectos. De ahí surgen las propuestas que presentan las escuelas, tanto en su ciclo básico como en su ciclo orientado. De ellas resultaron 8 finalistas (Agroindustrial 25 de Mayo, Agrotécnica Cornelio Saavedra, Colegio Integral, Colegio San Pablo, Colegio Dr. Houssay, Escuela Educación Secundaria 12 de Agosto, Escuela Secundaria Alas Argentinas, Escuela de Nivel Medio de Niquivil) y por último se eligió a las dos premiadas regionales (lo mismo se hará en Santa Fe, Santa Cruz y Entre Ríos).
El jurado estuvo confirmado por el profesor e investigador del Conicet, Diego Golombek; el consultor en Gestión Ambiental, Iñaki
Maiztegui; Melania Ottaviano, directora de la Diplomatura en Innovación Educativa de la Universidad Siglo 21; Laura Marés, coordinadora ejecutiva en Fundación Sadosky y Víctor Volman, director del Observatorio Argentinos por la Educación.
El objetivo de esta iniciativa es que las escuelas y sus docentes "centren a sus estudiantes como protagonistas del proceso educativo, fortaleciendo, a través de instancias formativas, el camino de innovación y transformación".
Biogás del Integral
Una lluvia de ideas sobre problemáticas de las comunidades con mayores dificultades de San Juan, decantó en la posibilidad de construir un biodigestor para resolver la falta de conexión al gas natural que hay en muchas zonas y por ende, como alternativa para reemplazar los carísimos tubos de gas envasado, pero a su vez utilizando con otros fines (para justamente lograr biogás) todos aquellos residuos y excrementos de animales como cabras, cerdos, entre otros. Todo esto pasó en el tercer año del Colegio Integral Independencia, de la mano de los profesores Paola Fratini -de Química, también de Física- y Eduardo Atienza -de Tecnología-.
Para lograr el cometido, investigaron y buscaron distintas formas de concretarlo, estudiaron cómo se comportan los gases (hicieron experiencias con distintos materiales sometiéndolos a temperatura), cómo va variando la presión y el volumen que ocupa un gas en un recipiente cerrado, evaluaron la necesidad de contar con un medidor de presión y una válvula para que libere ese gas. Experimentaron con materia orgánica que los chicos trajeron de sus casas, es decir caca de sus perros. Otros, probaron con desechos de cocina pero no funcionó tanto. "Así llegaron a entender distintos procesos que se dan con la descomposición de la materia orgánica, desde una fermentación cuando se usa basura doméstica (que es menos efectiva porque sólo se liberan gases de dióxido de carbono) y lo que genera el excremento animal que es la digestión anaerobia, donde están presentes las bacterias metanogénicas que son las que producen este biogás, que, en definitiva, es gas metano", explica la profesora de Química.
Con el profe de Tecnología analizaron en detalle como conectar los materiales. Aparte probaron distintos prototipos, desde algunos muy básicos utilizando frascos, hasta conseguir el aparato que los llevó al premio, el que construyeron con materiales que tenían en el colegio como un tanque de agua en desuso, pedacitos de caños, conectores y un pedazo de plástico reciclado que hace las veces de embudo donde va la carga de la materia orgánica. Ahora tienen que hacer algunos ajustes.
Todavía tienen pendiente llegar a una comunidad -probablemente sea El Encón- tarea que podrán hacer el año que viene, aprovechando el dinero ganado con el premio en cuestión, justamente para poner en funcionamiento su invención y ver en terreno, los resultados de un prototipo más técnico.
Aislantes térmicos del San Pablo
Combinando cartón, planchas o láminas de telgopor, el interior de los envases de jugos y botellas plásticas que plancharon, quince alumnos de 4¦ y 6¦ año de las del Colegio San Pablo, fabricaron paneles o bloques que encastran unos con otros para formar una pared. Todos son materiales de uso frecuente que se pueden reciclar y que son fáciles de conseguir para cualquier persona o institución. Lo mejor de la invención en cuestión es que estas nuevas construcciones -que están pensadas para adosarse en el exterior una pared ya levantada o también para hacer divisiones interiores en habitaciones- pasaron las diferentes pruebas y mediciones, resultando un óptimo elemento de aislamiento térmico, aislamiento sonoro y por qué no, capaz de soportar un sismo y por ser tan liviano no provocar mayores daños en caso de desprenderse.
En definitiva, los estudiantes guiados por sus profesores de Química (Iván Barac), de Tecnología (Patricia Arancibia) y de Matemática (Alejandra Garcés), consiguieron lo que se habían propuesto, pensando en todas esas instituciones -especialmente escuelas alejadas- que visitaron a lo largo del año escolar como parte de la planificación de la materia Acciones Comunitarias (espacio donde además de conocer de cerca las realidades se permiten hacer tareas solidarias y donaciones) y en las que vieron cómo sufrían por el frío o el calor por no contar con electrodomésticos para ambientar los espacios ni tampoco ser estructuras de materiales que conserven la temperatura ideal. Así fue como se aventuraron en este desafío hasta lograr los muros aislantes, que sirven tanto para las bajas como las altísimas temperaturas que tiene acostumbrado San Juan a sus habitantes.
Claro que para llegar a esto probaron espesores y soluciones, analizaron otros materiales posibles como telas y papel aluminio, también sometieron el material a temperaturas y a distintos decibeles con parlantes, hicieron diferentes combinaciones de materiales en capas para obtener mejores resultados de aislación. Se plantearon diversas situaciones como la dirección del aire y del sol que reciba ese muro, si va a tener puertas y ventana, para evaluar otros factores. Registraron muestras y evidencias que arrojaron mediciones con termómetros.
Ahora la intención es aplicar los bloques en una escuela -ya tienen el nombre del destinatario pero prefieren no develarlo porque quieren ir de sorpresa-, armarles un aula o un techo de paneles térmicos. Y dejarles el legado para que puedan multiplicarlo en el lugar o allí donde se necesite.
Por Paulina Rotman
Fotos: colaboración Prensa Fundación Banco San Juan, Colegio San Pablo y Colegio Integral Independencia