El cóndor andino cumple un papel central tanto ecológica como culturalmente en el

paisaje Sudamericano. Sin embargo, sus poblaciones se encuentran declinando a lo largo de su distribución como consecuencia de diferentes actividades humanas, la mayoría relacionadas con sus fuentes de alimento. Las poblaciones de los grandes herbívoros nativos que le servían de alimento al cóndor andino principalmente vicuñas y guanacos han disminuido considerablemente, por lo que depende principalmente de ganado o animales de caza. Al
consumir estas especies exóticas, los cóndores se exponen a persecución humana directa y a
envenenamiento por ingesta de cebos tóxicos usados para controlar depredadores de ganado
doméstico o municiones de plomo presentes en animales cazados.

El cóndor se alimenta de animales muertos, y el ser humano ha alterado también los
mecanismos ecológicos que le proveían de alimento, como la interacción trófica entre grandes
depredadores y herbívoros. El puma, al cazar continuamente sobre vastos territorios, provee un
recurso clave para muchas especies de carroñeros. La interacción entre pumas, vicuñas y guanacos podría proveer a los cóndores de una fuente de alimento segura y constante,
sustentando sus poblaciones.

Por ese motivo, un grupo de investigadores del Conicet, la Universidad de Wisconsin-Madison y la Universidad de Yale, con el apoyo de Parques Nacionales y el Hawk Mountain Sanctuary, estudian las interacciones entre estas especies. Con este fin, se está monitoreando cómo se mueven cóndores, pumas y vicuñas simultáneamente mediante transmisores de telemetría satelital en el Parque Nacional San Guillermo, ubicado en el departamento de Iglesia. El Parque Nacional San Guillermo protege importantes poblaciones de vicuñas, guanacos, pumas y cóndores. Aquí, estas especies coexisten prácticamente sin intervención humana, proveyendo un sitio ideal para estudiar sus interacciones.

En 2014 los investigadores comenzaron el monitoreo de vicuñas y pumas mediante collares con
transmisores GPS. En marzo de 2015 sumaron al cóndor andino. Tres hembras y tres machos adultos han sido equipados con transmisores GPS, que se colocan en forma de mochila sobre cada animal. Estos ejemplares también se marcaron con una banda alar de color blanca con números negros, lo que permitirá monitorearlos una vez completado su seguimiento por GPS.

Estas aves marcadas ya pueden ser observadas por los pobladores de San Juan y La Rioja, ya que vuelan tanto dentro como fuera del Parque Nacional ocupando ambas provincias e incluso han visitado Chile.

Esta investigación busca demostrar la importancia de conservar grupos de especies
autóctonas que interactúan en vez de sólo pensar en el manejo de una única especie para conservar poblaciones silvestres a largo plazo. Para esto, primero es importante comprender cómo las especies dependen unas de otras. El Parque Nacional San Guillermo cumple un rol fundamental en esta investigación ya que sirve de referencia ecológica para determinar estrategias de conservación de cóndores, pumas y vicuñas a lo largo de los Andes.