Enrique Marianetti, un arquitecto sanjuanino radicado en Buenos Aires, acaba de ganar el Primer Premio a la Arquitectura Argentina de la región NEA, por el proyecto y ejecución de la Escuela Barrio 1 de Mayo de Iguazú Nº 875, distinguida como la mejor obra construida en los últimos cinco años la zona comprendida por Formosa, Misiones, Chaco, Corrientes y Entre Ríos.
Enrique partió a la Capital Federal en el año 1988, como director del bloque del Partido Bloquista en la Cámara de Diputados de la Nación, y esa carrera legislativa continuó hasta la fecha acompañando a la diputada Graciela Caselles. En los años en que este partido no tuvo diputados (durante cuatro años), se abocó más aún a su profesión, algo que nunca había dejado pero a lo que le quitaba tiempo por su actividad partidaria.
Con esta distinción denominada Premio ARQ el estudio de Marianetti se convirtió en finalista al Gran Premio Nacional de Arquitectura, en el que compiten siete ganadores correspondientes a las regiones en que se dividió el país, ya que el premio NOA fue declarado desierto, y cuyos resultados se conocerán antes de fin de año.
"Siempre estuve yendo y viniendo a San Juan, me quedé en Buenos Aires por razones laborales, nada más porque me gustaría mucho volver. De hecho la última vez que estuve, hace muy poco, miré lotes en Zonda y otros lugares para comenzar a pensar en una casa donde vivir en el futuro", cuenta Enrique, quien actualmente tiene 51 años y una exitosa carrera profesional.
Marianetti está dedicado -a través de su estudio-, a la planificación urbana y a obras privadas como la escuela ganadora, en cuyo predio ahora también está construyendo la escuela secundaria, y también comparte otro estudio con su mamá Nora Jofré, arquitecta dedicada a la arquitectura paisajista.
Con la participación de cerca de 400 obras de todo el país, el premio, fue otorgado por el Suplemento de Arquitectura del Diario Clarín y la Federación Argentina de Entidades de Arquitectura (FADEA) quienes decidieron salir a rastrillar y seleccionar región por región, desde La Quiaca a Ushuaia, lo mejor de la arquitectura argentina de los últimos tiempos.
Uno de los ítems que evalúa el jurado para entregar esta distinción en cada región y luego elegir una a nivel nacional es el desafío que asume el o los autores de cada proyecto para encontrar soluciones a los condicionantes geográficos, culturales, sociales y económicos más diversos del país y del mismo modo tomarlos como ejemplo y experiencia para diferentes realizaciones.
La obra de Marianetti, compartida con la arquitecta Rosana Hortelá, tiene aproximadamente 2500m2, demandó una inversión de unos 6 millones de pesos y alberga en la actualidad a 750 alumnos. Los costos totales del proyecto y construcción fueron asumidos por la Fundación Grupo London Supply (operador de Aeropuertos Argentinos Turísticos y de la Zona Franca de Misiones), que en otras oportunidades ya ha colaborado con demandas de esa provincia y para la cual trabaja este estudio.
"Para mi es la obra más importante que hice porque pude juntar mis dos amores, uno la arquitectura y la otra la política y no me refiero a la política partidaria sino la posibilidad de poder cambiar cosas, en este caso a nivel educativo y cultural", dice Marianetti, quien también es autor del Aeropuerto de Usuahia, varias otras obras vinculadas a la actividad aeroportuaria y estudios de grabación como el de Andrés Calamaro.
La escuela surgió luego de un pedido que hizo la directora ante la Fundación para conseguir una bomba de agua, pero al llegar al lugar, los miembros de esta entidad decidieron que se construiría una escuela ya que contaba apenas con un par de aulas construidas por los padres que no tenían ni ventanas ni puertas.
"Hace tiempo nos veníamos planteando que había que unificar esfuerzos y hacer cosas que tengan un efecto social importante con la idea de que la responsabilidad social empresaria se vea en el tiempo y no sea algo efímero".
