Dialogamos esta semana con Luis Bárriga Blanco, especialista en cooperativismo y docente de la Universidad Católica de Cuyo, sobre la real importancia del factor humano en la enseñanza y en la prosecución del movimiento asociativo.
Lo consultamos en un momento socioeconómico particular en el que están desapareciendo del mercado -no sólo en San Juan- sino en Argentina completa muchos agricultores pequeños ante la crisis de estos últimos tiempos.
-¿Cómo pueden salir o mejorar su situación los productores chicos hoy?
– Bueno cuando el homo economicus, descubra que asociándose a otro homo economicus va a lograr con menos esfuerzo, mayor beneficio entrará en la Economía Capitalista Solidaria y esto ya lo expresé en una conferencia dada hace unos años sobre El Cooperativismo Escolar como Herramienta Pedagógica. El Estado, haciendo uso del principio de solidaridad y de subsidiaridad que postula tanto la Doctrina Social de la Iglesia Católica, como la Doctrina Cooperativista, deberá adoptar las políticas activas en educación para terminar el trabajo y hacer, que, lo homos economicus cooperativizados se transformen, actitudinalmente y aptitudinalmente, realmente, en homos solidarios y sean los artífices del mundo nuevo que merezca ser vivido por nuestra descendencia. Y este es el desafío que tienen los facilitadores.
-¿Y qué son los facilitadores?
-El rol del facilitador es la tarea de formar dirigentes protagonistas del desarrollo local de la región en que le toque actuar. Y aquí ha habido muchos ejemplos de gran importancia como en el caso del INTA local, con el ingeniero agrónomo Jorge Luis Lona , que primero fue director del instituto y luego se fue al seminario, se hizo sacerdote y finalmente fue arzobispo de San Luis. Y enseñó toda su vida los conceptos de este tipo de trabajo solidario y grupal. Por esa misma línea ha habido gente que durante más de 30 años ha recorrido el mapa sanjuanino desde Pocito hasta Calingasta, enseñando a todos por igual y en el caso de las hortalizas me recuerdo a Antonio Raúl Acosta, el "Flaco" para los amigos, que llevan en el corazón y es más, diría en el alma el hecho de facilitar las acciones a toda la comunidad. Y tengo ejemplos de docentes rurales, de directores de escuelas del campo y otros más.
– Con la salida comercial cooperativa, ya tienen una seguridad de futuro…
-Sí, puede ser pero ojo, que el objeto del accionar cooperativo (asociativo) no se agota en el éxito económico, este es solo un objetivo secundario, el éxito cooperativo radica en que el asociado cambie su manera de pensar, de ser, cambie de actitudes ante la vida y aprenda nuevos hábitos para hacerse apto para cambiar el mundo: hacerlo humano, justo, fraterno y solidario de manera tal que merezca ser vivido. Creo que lograr el éxito económico y dejar de lado el social, es fracasar como dirigente cooperativista, es renunciar a cambiar el mundo.
Recuerden lo que escribió Paúl Lambert, un catedrático de la Universidad de Lieja, "lograr el éxito social sin haber logrado el éxito económico es imposible, ya que estaremos solo frente a una expresión de deseos, sin contenido real.
-¿Cómo se interpreta la ley de la oferta y la demanda para usted?
-Bueno, este es otro de los componentes de esta gama de variables que debemos manejar quienes bregamos por el éxito de la unidad básica de la Economía Asociativa que es la asociación (cooperativa, institución civil con personería Jurídica como así también la mutual). Esta es una Ley Natural, descubierta, entre otros, por Francisco de Vitoria, continuador de los estudios sobre economía de Tomas de Aquino y fundador del Derecho de Gentes o Derecho Internacional, que escribió su pensamiento económico en Libri Decem Justicia et Iure. Esta Ley fue puesta de manifiesto, por Ricardo Cantillon y Adam Smith, quien la desarrollo en su máxima magnitud inspirando a los economistas liberales que la han llevado al altar y la han situado allí como una cuestión dogmática y dice: El precio de un bien en un mercado esta dado por la relación existente, entre la cantidad de ese bien ofrecido y por la cantidad del mismo bien demandado.
Esto es hoy una realidad, guste o no, apartado de todo juicio de valor. Hoy los operadores económicos se encuentran con un mercado local, contenido en un mercado nacional, contenido a su vez por un mercado regional, que es contenido a su vez por un mercado global y con productos que son ofrecidos para ser demandados en cada uno de esos mercados, pero que técnicamente tendrán el precio que se logre en el mercado global.
El precio que se logre relacionando la oferta global del bien, y su demanda global, será el precio de mercado.
Si un operador económico, por ejemplo, de la actividad semillera o tomatera produce a mayor precio que el logrado en el mercado global, no tendrá chances de competir, ni en el mercado local, ni el nacional ni en el regional. ¿Por qué? Por una razón técnica incontrastable: Comprará al que le venda mas barato o venderá al que le compre más caro.
Esta es una realidad que debe ser tenida en cuenta por el dirigente cooperativo para posibilitar el éxito económico de la cooperativa que maneja, como así también por el Estado presente al efecto de verificar la posibilidad de otorgar subsidios transitorios hasta que la actividad se equilibre, especialmente teniendo en cuenta las medidas para arancelarias que dificultan la competencia en el comercio exterior.
-¿Se puede luchar grupalmente en la actualidad?
-Efectivamente, hay cooperativas y agrupaciones de nivel nacional que están marcando el camino como yerbateros misioneros, tamberos de la región de Córdoba y Santa Fe y vitivinicultores riojanos que, en cantidad, bien informados, con tecnología acorde y capacitados continuamente, producen al mismo ritmo que grandes empresas privadas.

