Productores, empresas y universidades trabajan juntos para adoptar la inteligencia artificial. Su uso va desde la mejora en pronósticos de cosecha hasta robots automatizados. Con un desarrollo que lleva varios años en distintos ámbitos, la Inteligencia Artificial (IA) ha ido ganando poco a poco un espacio también en la producción de alimentos de España. Si bien es un sector donde los problemas de conectividad y los viejos paradigmas pesan fuerte, la necesidad de eficiencia ha ayudado a adoptar esta herramienta. Francisco Herrera Triguero es un referente español en IA. Como catedrático de la Universidad de Granada (UGR) y director del Instituto Andaluz de Ciencias de Datos e Inteligencia Computacional, ha realizado varias publicaciones y acompaña proyectos en el área. "En la última década se ha hablado bastante de Big Data y ahora vuelve hablarse de Inteligencia Artificial. Yo digo que es una moneda de dos caras: por un lado, está la recolección de datos y, por el otro, el análisis inteligente de esa información", señaló Herrera. Si bien con satélites y sensores en los campos se pueden obtener más datos, es igual de importante poder analizarlos bien y convertirlos en un conocimiento útil. Para este especialista, el rol de la IA en la agroindustria de España se puede dividir en cuatro niveles distintos que van desde la tierra hasta la mesa del consumidor: primero a nivel agricultura; segundo, en el procesamiento de los alimentos; tercero, en el control de calidad y seguridad; y cuarto, en la nutrición personalizada.