La noche parece estar en su máximo esplendor. Los comensales disfrutan del sabroso asado. El canto del reconocido folclorista sanjuanino, Diego Villegas, se hace sentir con los aplausos del público. En un momento dado de su espectáculo y como si el artista vestido de gaucho tuviera un as en la manga, sorprende a los presentes cuando invita al medio del salón a uno de los mozos del local, para que cante. Ese hombre, gastronómico de vocación, con su uniforme de chaqueta blanca, delantal negro y pantalón del mismo color, es Antonio "El gringo’ López.
Por unos momentos, "El gringo’ López deja su rol de mozo para transformarse en un artista que canta las más variadas canciones, sobre todo folclóricas. Las palmas comienzan a multiplicarse cuando entona las primeras estrofas. Muchos de los presentes se sorprenden cuando lo ven al mozo en otro rol.
López pone todo su caudal de voz al cantar "Carpas de Salta’. De ahí en más, el hombre de 58 años se transforma en el centro del espectáculo, acompañado nada menos que por Villegas, su bombisto, Luis Alfaro y primera guitarra, Adrián Jofré.
El show del "mozo cantor’ suele ser de unas tres canciones. Esos 20 minutos despiertan emociones en los jóvenes y adultos presentes.
López trabaja hace 25 años en la parrilla "Bigotes’. Allí disfruta de su vocación de gastronómico y despunta la beta artística impulsada por su amigo y propietario del local, Carlos Martinazzo.
El mozo cantor tuvo influencias musicales por parte de su padre Antonio. Es por eso que desde niño cantaba en las fiestas familiares los temas de Sandro, Juan Ramón, Los Iracundos, entre otros. También recuerda que en un viaje de su escuela a Córdoba, más precisamente a Río Tercero, cantó ante una multitud. Después de estas experiencias nunca imaginó que cantaría otra vez en público hasta que en la parrillada tuvo su debut.
"Fue hace unos diez años cuando se presentaron "Los 4 para la medianoche’. Fue su presentación absoluta y el resultado brillante. El público respondió de manera excelente’, cuenta. De ahí en más, cada vez que van artistas a presentarse en ese negocio, López canta con ellos un par de temas.
El gringo no es cantor profesional, pero tiene un carisma que atrapa la atención del público. Su voz potente es marca registrada entre quienes lo conocen. Sus compañeros siempre lo apoyaron para hacer estas presentaciones y el gringo los tiene en el más alto de los conceptos.
Como cada noche en que suele cantar, el mozo termina su presentación. Los comensales piden otra y López les da el gusto. Después, vuelve a su otra pasión de gastronómico, donde también atiende a los clientes con una sonrisa que contagia.

