Si a Levi Strauss le hubieran anticipado que iba a ser el creador de la prenda más popular del mundo, no lo hubiera creído. Pero así fue, “el padre del jean” pasó a la historia por confeccionar una prenda inicialmente pensada para trabajadores mineros.

Todo comenzó en el siglo XIX, en el año 1853 precisamente, época de la fiebre del oro en las minas de la zona Oeste de los EEUU. Un joven inmigrante bávaro llegó a San Francisco con lo puesto, pero con el férreo convencimiento de hacer de ese nuevo país su lugar en el mundo.

Invirtiendo todos sus ahorros, Levi compró una partida de loneta marrón de gran resistencia a la que pensó como la cobertura ideal para los soportes de las carretas de la época y para las tiendas de campaña de los mineros. Su idea inicial no fue mala, pero no tuvo el éxito esperado porque la realidad de los trabajadores exigía cubrir otras necesidades.

Los mineros del oro se quejaban que tras estar varios días arrastrándose entre el fango y las piedras del lecho de los ríos, sus pantalones se rompían por las rodillas y el trasero, a la vez de ocasionarles magulladuras a raíz de la fricción.

Ávido de progreso, porque dejó a su Alemania natal sumida en la pobreza, al joven Levi se le ocurrió reutilizar la loneta marrón en una prenda especialmente confeccionada para los mineros, una prenda lo suficientemente fuerte para aguantar los rigores del trabajo extremo. Así nació una especie de mameluco holgado, el overol, con bolsillos traseros en donde colocar sus herramientas y las pepitas de oro que pudiesen encontrar. La promocionó entre los mineros, a éstos les gustó y comenzaron a llamarlos Levi’s pants, “los pantalones de Levi”.

La prenda logró sus adeptos y en 1856 Levi abrió su primera tienda en Sacramento Street, a la que llamó "Levi Strauss & Co.".

Decidió que la clave de su éxito estaba en la resistencia de la tela y comenzó a importar un tejido aún más fuerte que la loneta, una tela de sarga de algodón de hilos blancos y azules que se tejía en la ciudad francesa de Nîmes. El término denim, nombre con que se conoce al tejido del jean, proviene precisamente del vocablo inicial, sarga de Nîmes, nombre que con el tiempo se fue abreviando hasta convertirse en denim.

La palabra jean procede de la deformación de Gênes (Génova en francés), ya que los marineros italianos que allí faenaban, vestían gruesos pantalones confeccionados con el tejido asargado que se hacía en Nîmes; el nombre de la tela acabó por dar nombre a los pantalones confeccionados con ella. Como estaban teñidos en azul índigo, finalmente el nombre quedó en blue jeans.

El éxito de los pantalones Levi’s fue inmediato; pero lo más importante es que abría el mercado a infinitas posibilidades. Se trataba de una tela fuerte y lavable que permitía confeccionar todo tipo de ropa de trabajo muy duradera.

Nuevos mercados

El jean deja las minas cuando comienza la II Guerra Mundial. El Plan Marshall llevaba en su carga para las bases militares , una cesta básica de víveres y blue jeans.

Hacia los años sesenta y setenta la prenda se convierte en un arma más del proceso de igualdad. Lo usan los negros, los pobres, los ricos, los hippies, hombres y mujeres por igual.

Sin embargo, fue en la década de los ´80 en donde el jeans se consolida dentro del mundo de la moda. Los grandes diseñadores comenzaron a incorporarlo como trama novedad dentro de sus creaciones. Versace y Armani marcaron tendencia con colecciones de prendas realizadas en jeans.

Tiempo después se convertiría en una prenda básica en el vestir actual y la más popular de todas. Sí, si a Levi se lo hubieran anticipado, no lo hubiera creído.