“¡Profesor, pero qué gusto verlo!”. El de la frase fue Julio Ríos Gómez, actual titular de GEMERA, y quien recibió el abrazo lleno de emoción fue Alejandro Gamkosian, Doctor en Geología, profesor de la Universidad Nacional de Córdoba durante 45 años, ex Secretario de Minería de esa provincia y una vasta lista de experiencia que sería imposible de resumir en estas páginas. ¿El lugar del encuentro?, la reciente edición de la Feria Internacional Minería Andina, lugar en el que Julio Ríos participó como disertante. Gamkosian, por su parte, participó del X Congreso de Geología Económica que en paralelo se realizaba en San Juan.
En ese abrazo pleno de afecto, por unos instantes el tiempo volvió atrás. Alejandro Gamkosian, fue el profesor y Julio Ríos Gómez, el estudiante de geología de la Universidad de Córdoba (UNC). “Una emoción tremenda por el recuentro humano y un orgullo multiplicado por cien porque los alumnos han salido 10 veces mejor que el profesor. Todo están posición destacada sea en empresas privadas o estatales, mineras, del carbón o petroleras. Me han renovado el espíritu juvenil que llevo adentro y ahora pienso llegar no a los 100 años como tenía programado, sino muchos más”, dijo un emocionado Gamkosian, quien a sus 92 años consta de una lucidez envidiable.
Descendiente de armenios, la historia de este profesor indica que estaba predestinado a ser geólogo. Según contó, sus padres fueron de los primeros inmigrantes armenios en llegar al país huyendo del exterminio turco, oleada que se produjo entre 1910 y 1930. “Mi padre y mi madre fueron de los primeros armenios que llegaron a Córdoba y a su vez se contactaron con la gente que venía de allá escapando de la muerte. Se instalaron en un barrio que inicialmente se llamó Barrio Inglés, creado en la época de los ferrocarriles ingleses porque allí estaban los talleres Central Argentino que luego fueron los talleres General Belgrano. Después se transformó en Barrio Pueyrredón como se llama actualmente, pero todos lo armenios se ubicaron allí”, contó la fuente.
La mención de su barrio de la infancia tiene mucho que ver con el profesional en el que se convirtió después. Es que allí vivía el profesor y Doctor, Augusto Olsacher, Director del Departamento Geología de la UNC, el último de los grandes geólogos descendientes de lo que se conoció como la “pléyade de sabios alemanes” que trajo Sarmiento (ver aparte). “Era el personaje más famoso del barrio, vivía al lado de la Iglesia Armenia, empezamos a curiosear que era la geología y allí me entusiasmé. Me recibí en el Nacional Dean Funes, donde tenía mineralogía y geología como materia básica en 4 años y siempre sacaba buena nota. Cuando hice la carrera de geología con el Dr. Olsacher en Córdoba, me gustaba tanto que en tres años me convertí en ayudante de cátedra ad honorem de Petrología y cuando me recibí de Geólogo fui seleccionado jefe de trabajos prácticos; hice toda me carrera académica hasta que llegué a profesor titular al lado de Olsacher, mi maestro y mecenas”, rememoró el profesor.
Sin duda alguna la influencia del alemán marcó a fuego a este descendiente de armenios, sobre todo en su concepción de la geología como una ciencia transformadora y al servicio de la industria. Como docente en la carrera de Geología, creó hace 25 años la cátedra de Minería Ambiental, que formó parte de la currícula hasta su renovación posterior por una visión más academicista. “Fue la primer escuela de geología del país en contar con esta materia, que planteó en forma orgánica como una atribución del geólogo todo lo vinculado a los aspectos ambientales en los recursos geológicos: El ambiente en minería, el ambiente en los recursos hídricos, el ambiente en las explotaciones petroleras y carboníferas, el ambiente en todo tipo de trabajo que afecte a la unidad suelo. Fue un caso importantísimo en el avance de la geología hacia lo práctico”, explicó Gamkosian.
Su experiencia como docente, también fue complementada con la de funcionario público. Fue secretario de Estado de Minería y Recursos Geológicos durante la gestión del gobernador Martino, durante la tercera presidencia de Perón. También colaboró con la Dirección de Minería de Santiago del Estero, con la instalación de 5 moliendas para fábricas de yeso y una pequeña planta de concentración de manganeso. Su actividad académica e investigativa también se profundizó con la publicación de libros especializados.
Ya retirado de la tarea académica, actualmente el profesor continúa con su profesión de geólogo en tareas de prospección y exploración en la sierra de Cuno Puto (“piedras sueltas” en vocablo indígena), en un distrito ubicado a 7 kilómetros al oeste de Capilla del Monte. “Sigo haciendo campañas porque estando en contacto pleno con la naturaleza refuerza mi salud, trabajo en seis minas de cuarzo, feldespato, mica”, concluyó Alejandro Gankosim, en un ejemplo más de que la juventud no es una cuestión de edad.

