El jardín es la habitación elegida para pasar los días cálidos, en la actualidad toma importancia el detenerse a diseñar y decorar el espacio que destinamos al relax, placer y encuentros con gente. El mobiliario de exterior se presenta hoy con una gran oferta de posibilidades y de diferentes estilos, materiales y para todos los gustos. Si bien, por una parte se impone lo exótico y natural, por otra se busca lo práctico y funcional. La materialidad de los muebles y accesorios de verano es la que determina su uso, ubicación y cuidados. Una guía para seleccionar con precisión el juego adecuado.
El rattán, el mimbre y el bambú aportan elegancia y calidez. Entre ellos, el rattán alcanza mayor precio, directamente relacionado con los cuidados que exige. Se puede utilizar como amoblado principal de galerías, siempre que sea en un espacio techado, sin sol directo, ni agua. También en terrazas de departamento, jardines de invierno, bajo una pérgola o toldo impermeable.
En el jardín puede utilizarse por momentos, siempre que estén bien protegidos del sol y el agua, sus enemigos naturales. Durante el invierno, conviene guardarlos en el interior ya que la combinación de salinidad y humedad los daña y deforma las fibras.
Para evitar el deterioro, el tejido no debe mojarse, asolearse, ni golpearse, deben estar bajo techo o toldo, protegiendo también los costados, y lejos de la lluvia de los regadores o mangueras. Manténgalos sobre un piso estable y sólido, nunca sobre pasto, tierra húmeda,
evite la arena, que además invadirá el el tejido.
Para limpiar este material sacuda con paño seco, puede aplicar localmente trapo húmedo en
manchas adheridas y entre rendijas. Si el barniz protector está en buen estado, frote con cepillo mojado en una mezcla de agua, jabón y bórax. Para limpieza más profunda, el bórax se
sustituye por amoníaco. El bambú sin barnizar con el tiempo ennegrece para lo cual lave y aclare con agua salada. Si requiere volver a barnizar, primero se debe lavar bien y dejar secar antes de aplicar la nueva capa de barniz protector o esmalte. No se aconseja raspar ni lijar, ya que la fibra puede dañarse.
Aunque ha venido perdiendo protagonismo en la moda, sigue siendo una opción válida para ambientes importantes y más vestidos. El hierro se adapta a cualquier ambiente, de preferencia en lugares techados. Aunque tiene resistencia al sol, no puede contra la humedad persistente.
Más apropiado para las galerías, pérgolas y decks, ya que el hierro se oxida. Estos muebles se protegen de la humedad del suelo, el riego o la lluvia. Para su limpieza se utiliza un paño húmedo en agua y jabón o bien con un cepillo suave para sacudir el polvo de las rendijas. Si desea repintar, primero debe retirar la pátina o pintura anterior con productos especiales, escobilla o lija; luego colocar un antioxidante dejando secar de un día para otro. Recién entonces puede proceder a pintar, con pintura acrílica o esmalte sintético. El hierro sin tratar se limpia primero en seco y se elimina el óxido con una escobilla fina de alambre. Ojo con los caños, pese a su aparente dureza, el hierro fundido se quiebra con los golpes fuertes.
Los muebles de madera aportan rusticidad y calidez, aunque al aire libre son los de menor duración. Estos se destiñen con el sol y la humedad los despega. De preferencia para mesas y sillas, juego de sillones, reposeras, etc. Bajo toldos o en pérgolas y galerías presentan menos problemas.Especialmente para jardines, decks, galerías y pérgolas. La madera siempre tiene que estar sellada con un buen producto de imprimación. Los climas secos quebrajan la madera. Además ésta se destiñe de una temporada a otra, aunque haya sido tratada, por lo tanto hay que renovarla o darle un nuevo color. Para ello lije primero antes de aplicar barniz con poliuretano o pintar con producto sintético. Si la madera se ve muy deteriorada o no ha sido tratada, debe rescatarla aplicando aceite de linaza o imprimante, que penetra y sella rendijas y
superficies. Para limpiar, sacuda y pase un paño apenas húmedo. Para saber si compramos un buen producto, debes fijarte en la cantidad de tablas del asiento y respaldo y la distancia entre ellas, a mayor densidad, mayor firmeza.
Acero revestido o aluminio
En relación a durabilidad y precio, es el material con mayores ventajas. El metal viene protegido con un producto especial, que no se oxida, repele el agua y el polvo. En la actualidad los muebles de este material son tendencia y van en cualquier ambiente exterior, protegido o al aire libre. Generalmente sus diseños son de vanguardia y dan muy buenos resultados porque son resistentes al sol, la humedad, el agua y los golpes. Hay que tener más cuidado cuando están en contacto con la arena y la tierra de los vientos, en los modelos plegables o reclinables, ya que las pequeñas partículas pueden dificultar el juego de las piezas. Las mesas que combinan metal y vidrio templado son ideales para todos los espacios de exterior, ya que son resistentes, fáciles de limpiar y mantener. Son muebles de larga vida, no requieren de mayores cuidados. Simplemente se lavan con agua jabonosa, teniendo la precaución de no dejar secar al sol (para evitar manchas), sino con un paño. Algo más delicados son aquellos de aluminio pintado, son menos resistentes ya que la pintura puede saltarse. Si tienen lona sintética se lavan sin problemas.
Existen cobertores plásticos para mesas, ideales para proteger fuera de la temporada de verano. La mayoría de estos muebles son apilables o plegables, lo que facilita guardarlos en invierno. Vale la pena esta inversión.
Consejo útil
A pesar de que las telas hoy vienen preparadas para cualquier líquido de limpieza, se aconseja guardar los almohadones, para evitar que se mojen y asoleen más de lo necesario, lo que aceleraría su deterioro.
