El uso del cobre como mineral bactericida amplía su espectro: 75 nuevas aleaciones se suman a las más de 250 registradas por la Agencia Ambiental de Estados Unidos (Enviromental Protection Agency, EPA, sus siglas en inglés) según lo difundió recientemente esta entidad. Esto se traduce en nuevas aplicaciones y mayor número de productos con cobre bactericida entre sus componentes. Sábanas, fundas de almohadas, ropa de cama, medias y cortinas fabricadas con telas impregnadas en óxido de cobre, pueden reducir en gran porcentaje infecciones causadas por bacterias, hongos, virus y microbios.
Tal es el rol del cobre en el control de la propagación de microbios, que importantes referentes del tema expondrán en la “Primera Conferencia Internacional sobre Prevención y Control de Infecciones” organizada en Ginebra por la Organización Mundial de la Salud (OMS) del 29 de junio al 2 de julio próximos. Se trata del doctor Michael Schmidt de la Universidad Médica de Carolina del Sur, EEUU, y del profesor Bill Keevil de la Universidad de Southampton, Inglaterra, sobre quien CUYO MINERO publicó en ediciones pasadas tras una transmisión online sobre su investigación respecto del efecto antimicrobiano del cobre en organismos resistentes a los antibióticos. La presentación será apoyada por un stand que tendrá a disposición reportes científicos e información sobre los aspectos prácticos de la implementación de cobre antimicrobiano. Estarán en exhibición muestras de los productos de superficie de contacto de cobre en una gama de colores y acabados.
“El cobre es el único metal que tiene el reconocimiento científico como bactericida. Es importante destacar que ningún plástico, madera, aluminio, acero inoxidable, material para superficies sólidas ni revestimiento ha sido certificado por la EPA como material con propiedades bactericidas”, destacó vía e-mail y para este suplemento, Hernán Sierralta, Director de Comunicaciones de la Asociación Internacional del Cobre en Latinoamérica (ICA, por su sigla en inglés). La diferenciación realizada por Sierralta no es un dato menor. A la luz de los recientes estudios internacionales se reconfirmó que superficies cubiertas con cobre y sus aleaciones, como el latón y el bronce, pueden llegar a eliminar hasta un 99,9 % de bacterias en un lapso de dos horas, sólo con limpiezas de rutina.
Estos hallazgos llevaron a la EPA a registrar estos materiales como productos de salud pública antimicrobianos que pueden ayudar al control de Escherichia coli O157:H7, causante del síndrome urémico hemolítico que recientemente provocó numerosas muertes en Europa; el Staphylococcus aureus resistente a la meticilina, la cual ocasiona los tan temidos virus intrahospitalarios; o Pseudomonas aeruginosa, que infecta el tracto pulmonar, urinario, tejidos, heridas y también causa otras infecciones de sangre.
En América Latina, Chile es el país que tiene un uso más extendido del cobre como antimicrobiano. Ejemplo de ello son superficies con cobre en salas UCIs del Hospital de Calama (norte de Chile) y en transportes públicos de este país, aplicado en barandas de estaciones del tren subterráneo como Santiago Bueras y Baquedano.

