Durante el invierno, la mayoría de las plantas presentan un estado vegetativo en letargo por tal razón es el momento ideal para preparar la tierra del jardín con el objetivo de enriquecerla, aportar más nutrientes, y airear para ayudar a futuras siembras y al desarrollo de las plantas.
El sustrato donde ellas se alimentan debe estar acondicionado y oxigenado antes de la llegada de la primavera. Además hay que remover e incorporar materia orgánica al suelo, tarea muy importante porque sirve para mejorar la capacidad de retención de agua y de nutrientes, así como también la textura y aireación de la tierra dando como resultado un suelo más blando y adecuado, que facilitará a futuras semillas o raíces nuevas para su arraigue. El aporte de mantillo o estiércol en el suelo garantiza el asentamiento dejando la tierra a punto para las futuras plantaciones, y sirve tanto en plantaciones de jardines como en huertas, donde la materia orgánica estabilizada hace su aporte ya sea de forma directa sobre el suelo o alrededor de los cultivos.
El mantillo y el estiércol de caballo se obtienen mediante el proceso de compostaje, una herramienta muy apropiada tanto en jardín como en huertas. Es rico en materia orgánica, humus y cuenta con un bajo contenido en sales. Una vez removido y limpio el suelo, con la ayuda de una azada se va incorporando el mantillo o el estiércol para luego rastrillar y después regar bien el suelo.
En el caso plantas en macetas o macetones, también es necesario remover el sustrato e incluso renovar con humus de lombriz, además, se lo puede proteger con cubresuelos, cortezas decorativas o astillas de madera. Estas se deben colocar a una distancia entre 5 y 7 cm. alrededor de las plantas y sobre la tierra; y esta tarea ayudará a proteger la tierra de los vientos y también del frío.
El riego en general se debe realizar una vez por semana, y se adapta a toda clase de suelo. Es un mes donde suelen haber vientos y cambios climáticos, por lo tanto debemos observar la humedad de la tierra. Esta debe estar blanda, es mejor para la planta. Cuando muestra las hojas con puntas secas es a causa de la necesidad de agua y riego, en este tiempo se limpian todas esas hojas secas.
Por esa razón, es importante aplicar un abono orgánico al suelo, como el compost o el humus de lombriz, antes de la llegada de la primavera. Gracias a él, no solo enriqueceremos el sustrato: también mejoraremos la aireación; y despertaremos a toda la fauna microbiana que vive en el terreno y que es clave para la generación de nutrientes. Para que nuestro abonado de fondo consiga su objetivo, lo ideal es remover la tierra, pero al llevar a cabo esta labor, debe ser lejos de las raíces para evitar dañarlas.
Sin ninguna duda, "lo más importante es no dejar endurecer los suelos". Para eso, se debe trabajar dándole aportes nutricionales -no en demasía, para no intoxicar las plantas- cada 3 o 4 meses; y además remover la tierra seguido para oxigenarla. Una vez preparada la tierra, limpia y libre de elementos extraños que se puedan manipular con las manos, se procede al sembrado, cultivo y el resultado es un éxito en el desarrollo de la planta.

El buen sustrato
Escoger el sustrato adecuado también es importante para que nuestros cultivos luzcan en buen estado. Cada tipo de tierra tiene sus características físicas y químicas particulares, y en el mercado puedes conseguir varios tipos pero eso dependerá de las necesidades particulares de tu planta. Un sustrato puede hacer más resistentes a tus plantas de las plagas y otros elementos que pueden entorpecer su crecimiento, así como también protegerlas de enfermedades parasitarias.
Este tipo de tierra mejora la retención de humedad y activa los sistemas naturales de protección de las plantas. Se trata de un sustrato que contiene importantes porcentajes de nitrógeno, elemento ideal para cultivar plantas. El buen sustrato cuenta también con una mezcla de turba negra, musgo de turba, granulado y perlita. Se puede utilizar en cualquier cultivo, tanto en espacios interiores como exteriores.
Dentro de las ventajas de usar esta tierra suelta está es que la planta será más saludable y fuerte a las enfermedades gracias a sus componentes. Otra de las ventajas es que resulta ideal para el desarrollo radicular de las plantas, además de contribuir a un crecimiento más regular y uniforme porque los tallos serán más robustos. En síntesis, tus plantas pueden contar con un mejor metabolismo y una baja incidencia de enfermedades. Esto significará plantas más frondosas, fuertes y grandes.
Tiempo de bulbos
Es una buena oportunidad para darle lugar a las bulbosas que florecen en este tiempo, tales como:
Iris germánica no son bulbos en sí, sino que son acorus, que es una raíz alargada y gruesa de donde salen las raíces más pequeñas, donde se encuentran los pelos absorbentes. Estas plantas no tienen demasiadas exigencias en cuanto a suelo, pero se necesita que tengan buen drenaje. En este sentido, si el suelo tiene mucho nitrógeno, los acorus tienden a pudrirse.

Cuando se colocan acorus en un cantero o parte del jardín, estos deberán ser levantados y replantados por completo cada 3 años; dejando un espacio entre sí de 10 a 15 cm. Cuando los acorus- una raíz que va semi enterrada- asoman a la superficie, me están indicando que debo levantarlos completos. Esta acción se realiza con la ayuda de una horquilla. Allí nos disponemos a limpiar de malezas el suelo y separar la plantación entre sí, y es una buena oportunidad para hacer propagación con todo el excedente en los lirios comunes que se llaman Iris germánica.
Los lirios comunes, las hojas son perennes porque hacen un recambio estacional y cada tanto se secan para dar lugar a hojas nuevas y también a flores. Cuando las puntas de las hojas se secan, nos indica un pronunciado estado de deshidratación, pero a la vez tienen que contar con un buen drenaje, porque si se produce encharcamiento se pueden pudrir los acorus.
Calas y Narcisos, otras especies bonitas para colocar en canteros, macizos o macetas, y que tienen un margen de floración desde los primeros días de agosto hasta septiembre -e incluso hasta los primeros días de octubre- son las calas y los narcisos.
En el caso de las calas son demasiadas palustres y necesitan vivir cerca del agua y con mucha humedad y en lo posible sombra. Actualmente hay mejoramiento genético y se aprecian calas de colores como el amarillo, morado y hasta incluso negro, que se destacan en comparación a las calas que todos conocemos, de color blanca. Las calas tienen una demanda de suelo más rico y fértil, de sombra y sobre todo de mucho más agua, por lo tanto no pueden convivir con las especies de tipo Iris germánicas, que tienen menor demanda de riego.

En cuanto a los narcisos, existen una amplia variedad: narcisos enanos, de flores más grandes y de distintos colores. A diferencias de los lirios, las calas y los narcisos necesitan un suelo bien drenado, pero mucha más presencia de humedad, nutridos y pueden ubicarse tanto en sombra como al sol.

