A tono con las iniciativas de vida saludable que comenzaron en Gualcamayo a partir de 2008, este año, más específicamente en los próximos días, se dará inicio a El Club de la Salud. La propuesta apunta al seguimiento exhaustivo de la dieta alimentaria y condiciones físicas de los operarios del campamento donde se opera la mina de oro jachallera. La intención no es otra que la de acompañar e inducir hábitos saludables en los trabajadores mineros.

¿Cómo funcionará el club? A quienes adhieran se les confeccionará una ficha médica en la que se fiscalizará las condiciones físicas del operario, a partir de la realización de un programa de acondicionamiento personalizado. Ello incluye cuestiones básicas como peso y talla de la persona antes del inicio del programa y después de un periodo de realizado.

En forma paralela, la gente de Alta Tecnología Alimentaria (ATA), empresa que brinda el servicio de catering, ofrecerá un menú nutritivo por el cual podrán optar los socios del club.

Luis Buloz Garau, dueño de BG Acondicionamiento y quien asesora al campamento en la parte física, explicó las razones de llevar adelante esta iniciativa: “En la minería y por las características de la actividad, el trabajo es sedentario y se consume comida calórica. La diferencia es que aportar calorías no significa comer en exceso sino elegir los alimentos realmente necesarios para el organismo”.

Centrado en tres pilares esenciales como nutrición, actividad física y control médico, el club estará abierto a quienes deseen participar en forma voluntaria, “simplemente es una apuesta que pretende un cambio de actitud en la vida de los operarios”, señaló Buloz Garau.

En este marco, Gualcamayo inauguró recientemente dos canchas de fútbol y una de básquet que el fin de semana pasado largó con un mini torneo entre operarios.

Estas acciones forman parte de la movida que se inició en septiembre del año pasado a partir de la instalación del primer gimnasio del campamento. Allí, un par de instructores oriundos de Jáchal desarrolla un programa basado en la reducción de peso (para agilizar las duras tareas del minero en el campamento), mejorar problemas posturales (para atenuar dolores y sobrecargas) y la prevención de enfermedades músculo esqueléticas.

Si bien la cantidad de gente en la mina fluctúa, el gimnasio mantiene una asistencia diaria que ronda entre las 30 y 50 personas.