Antonio Cortez, calingastino el hombre, nos muestra sus remolachas gigantes. Orgulloso contó a Suplemento Verde de DIARIO DE CUYO que si bien su oficio es albañil, y recorre el departamento con sus obras, despunta el vicio con su otra pasión, las verduras, y tiene una chacra de donde obtiene de todo para su hogar y para salir a vender a los vecinos. La horticultura la aprendió junto a su padre y hoy, la practica junto a sus hijos. +Los fuertes trabajan, los débiles piden y los más débiles, roba+, reza el refrán.