El tomate, llamado Lycopersicon esculentum Mill, es una de las hortalizas más difundidas y de mayor valor económico en el mundo. Representa el 30% de la producción hortícola global. Su demanda aumenta continuamente y con ella su cultivo y comercialización. El incremento anual de la producción en los últimos años se debe principalmente al aumento en el rendimiento y en menor proporción al aumento de la superficie cultivada, explicaron los ingenieros agrónomos Eduardo Mondaca y Graciela Cuesta.
Una de las causas del aumento en los rendimientos de este cultivo es la utilización de variedades híbridas cuya semilla tiene un alto costo. La producción de plantines con cepellón bajo condiciones controladas asegura un alto porcentaje de germinación y establecimiento y un crecimiento uniforme de los plantines en el invernadero y luego en el campo.
La implantación del cultivo por cepellón ya alcanza el 95% de la superficie de Cuyo; los motivos del aumento del área implantada con cepellón son las bondades técnicas del sistema.
La producción de plántulas para trasplante en recipientes ha crecido en los últimos años debido a las grandes ventajas que representa este sistema respecto a los almácigos tradicionales. Tal ha sido el grado de especialización de esta actividad que en los últimos años se ha incrementado el número de empresas productoras de plantines con cepellón, para uso propio o para comercializarlos. En el país hay empresas productoras de plantines en las distintas zonas hortícolas, diferenciadas según la demanda de cada lugar. En la región de Cuyo se encuentran las plantineras con mayor especialización para la producción de plantines de tomate para industria.
En la actualidad existen hormonas vegetales o biorreguladores que ofrecen una oportunidad para mejorar los sistemas de producción hortícola. El uso de estas sustancias tiene la ventaja de producir efectos que no son permanentes y que pueden ser controlados por el horticultor ya que cada biorregulador posee su efecto específico. La utilización de este tipo de biorregulador puede optimizar la calidad de los plantines, mejorando sus cualidades radiculares y de vigor, como también disminuir el tiempo de ocupación dentro del invernadero, reduciendo así los costos. Y… ¿se justifica bioestimular plantines de tomate?
Uso práctico
A los fines de contar con información sobre el uso de estos reguladores de crecimiento como alternativa en la producción de plántulas, la EEA San Juan INTA realizó un ensayo en el que se aplicó un biorregulador sobre plantines de tomate. La intención del ensayo fue evaluar la posibilidad de obtener un plantín de mejor calidad y en menos tiempo que lo normal. Éste se realizó en las instalaciones del vivero Fitotec y los plantines estuvieron expuestos a las mismas condiciones que se emplean en la producción comercial.
Para el ensayo se utilizó la cultivar de tomate AC 55, que tiene crecimiento indeterminado y fruto de tipo redondo. La siembra se realizó en bandejas de poliestireno expandido de 126 alveolos, las bandejas se llevaron a cámara de germinación a 25ºC y 80% de humedad ambiente y, luego de germinadas, se llevaron a los invernaderos. El sistema de riego empleado fue por micro-aspersión y los riegos se proporcionaron diariamente durante el tiempo que duró el estudio. En el agua de riego se aplicaron diferentes fertilizantes solubles, variando el tipo y cantidad de acuerdo a los requerimientos de la planta.
El biorregulador evaluado es una formulación comercial que contiene 0,120% de ácido indolbutírico, 0,004% de Forclorfenurón y el resto es un compuesto de extractos de origen vegetal. Se iniciaron las aplicaciones a los 10 días de la siembra y se repitieron en tres oportunidades con una frecuencia semanal. Se probaron cuatro dosis del producto y se dejó un testigo sin aplicar. Para evaluar el crecimiento de las plantas tratadas y las testigos, semanalmente se tomaron muestras de plantines y se midió el crecimiento de la parte aérea y el de la raíz.
Se observó que con la mayor dosis del bioestimulante se vio favorecido el crecimiento de la raíz durante los primeros muestreos pero el crecimiento se detuvo alrededor de los 40 días, cuando ya las raíces llenan las celdas. La parte aérea de los plantines tratados no mostró ninguna diferencia con los testigos.