Previo. Los estudios geológicos realizados a finales del año pasado y principios de 2018 llevaron a una reestructuración total del proyecto y consiguieron los fondos necesarios para avanzar con la perforación. 

 

La compañía Epitermal SA, a cargo del yacimiento iglesiano Don Julio, comenzó durante la primera semana de noviembre la campaña exploratoria 2018/2019.  Los trabajos se concentrarán en la perforación de 3.000 metros para avanzar con la certificación de recursos dentro de la zona del proyecto

Cabe destacar que gracias a exhaustivos estudios geológicos, Don Julio sufrió recientemente una reestructuración para pasar de ser un proyecto cuprífero a un yacimiento de oro-cobre, lo que llamó la atención de nuevos inversores, los cuales alentaron los trabajos exploratorios de la temporada que comienza.
“Uno como propietario se va desilusionando porque llevas más de diez millones de dólares invertido y es ahí donde empezás a preguntarte muchas cosas. Pero siempre hay una más, y mi hijo Gabriel fue a revisar el proyecto con un grupo de jóvenes geólogos para entender el porqué de la mineralización. El tema es que encontraron evidencia concreta y de ahí surge el cambio del proyecto. Con estas nuevas ideas re-trabajamos todo lo que es Don Julio”, comentó Hugo Bastías, Presidente de Epitermal SA

Según Bastías, “mantuvimos muchas reuniones durante el invierno pasado en búsqueda de inversores y captamos el interés de la empresa canadiense Sable Resources, que nos envió un profesional nicaragüense que vive en Estados Unidos, altamente calificado en materia de yacimientos epitermales. Esta persona comenzó a realizar sus trabajos en enero y se extendieron aproximadamente tres meses. Desde ahí fue que empezamos diagramar la nueva campaña que inició en noviembre”.

Por su parte, el geólogo Gabriel Bastías, indicó que la búsqueda de profundidad en el yacimiento se consolida con la llegada de la tercera fase de exploración planteada por la empresa inversora.

“La primera fase estuvo más orientada a verificar el potencial del yacimiento, mientras que la segunda consistió en realizar todos los trabajos de superficie. La perforación vamos a realizarla para determinar efectivamente si la naturaleza formó o no depósitos en el lugar. No es una perforación muy grande la que vamos a realizar, pero es un paso fundamental para continuar avanzando. Esto se debe a que los estudios de superficie te brindan una imagen en dos dimensiones, ahora vamos a ver qué es lo que está pasando en el corazón del yacimiento”, dijo el geólogo. 
Desde la empresa sanjuanina indicaron que el acceso al proyecto no resulta difícil pero que los trabajos de perforación no serán de gran envergadura, por el momento. A su vez, coincidieron en el gran entusiasmo que generan los nuevos estudios, ya que las empresas que trabajaron anteriormente encontraron diferentes y variadas intersecciones minerales de interés pero no detectaron volumen suficiente para que el yacimiento se volviera atractivo a nivel internacional.

En este contexto vale destacar que elyacimiento iglesiano ha tenido diferentes nombres a lo largo de su historia: “Cuando lo descubrimos con mi padre hace más de 30 años le llamamos Poposa, porque es una flor autóctona del lugar que se utiliza mucho y dicen que tiene propiedades muy buenas para el corazón. Luego, con la llegada de una nueva empresa inversora se cambió el nombre a Amarillos”, explicó Hugo Bastías, y concluyó: “Debido a la reestructuración del proyecto la empresa canadiense que aporta el capital para que nosotros podamos explorar me pidió que cambiáramos el nombre con la intención de llevarlo a la bolsa y encontrar nuevos inversores. Estuve pensando durante mucho tiempo y finalmente elegimos llamarlo Don Julio, en honor al baqueano que me llevó por primera vez al lugar y que es un referente de la comunidad”.

 

Demora. Una nevada tardía en el proyecto obligó reformular la fecha de inicio de las tareas de perforación, las cuales iniciaron durante la primera semana de noviembre.

 

 

Cifra
 

30 años de vida posee el proyecto desde que fue descubierto por la familia Bastías. 

 

 

Historia y dedicación

 

La exploración en la denominada Faja Volcánica Olivares (donde se encuentra Don Julio) comenzó en el año 1989, cuando todavía no era considerada como una zona de carácter volcánico. Según comentó la familia Bastías, llegaban hasta un puesto en medio de la cordillera y el baqueano Don Julio ya tenía preparadas las mulas, el equipo para armar el campamento, la comida y todos los insumos necesarios. “Es un hombre muy preparado que conoce mucho la zona, ya que trabajó mucho tiempo con mi padre. Hacíamos cuatro días a lomo de mula para llegar hasta la zona donde comenzaba a verse el suelo amarillo por la presencia de mineral”, comentó Hugo Bastías. Y agregó: “Don Julio nos llevaba, nos hacía de comer, armaba el campamento, sabía donde ir por agua, de donde llegaba el viento etc. Y luego de 15 días nos traía de nuevo hasta el punto donde nos buscaba una camioneta”.