Científicos rosarinos diseñaron una forma de hacer celulosa con la cascarilla de la soja que las empresas del sector desechan.
Estiman que pueden producir 400 mil toneladas del material y generar nuevos puestos de trabajo, según consignó en un informe el sitio El Ciudadano Web.
Guillermo Picó, es el científico rosarino que está detrás del proyecto.
El año pasado 1.2 millones de toneladas de cascarilla de soja fueron quemadas, mezcladas al alimento del ganado o tiradas a la basura por las cuatro principales empresas que lo exportan o lo transforman en biodiésel.
Fue el descarte de las 54 millones de toneladas producidas en Argentina, para Picó era un desperdicio por partida doble; sabe que con un simple método de laboratorio podía transformarlas en 400 mil toneladas de celulosa, el material usado para hacer papeles.
El especialista también conocía cómo sacarles una serie de enzimas que sirven para esterilizar un instrumental médico y hoy son importadas.
En todos los casos significa crear nuevos puestos de trabajo: "Nos dedicamos a rescatar lo valioso de lo que no vale nada. Es algo muy expandido en Brasil, Colombia y México.
