Los láseres aparecieron en la década de 1980, pero recién en 1997 la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) autorizó el uso de los equipos para depilación basados en esta tecnología.

Las primeras aplicaciones de láser o lumínicas en medicina estética fueron empleadas mundialmente no solamente para depilación, sino también para la remoción de tatuajes, manchas y lesiones vasculares producidas en la piel.

Siguiendo el principio de fototermólisis selectiva (destrucción selectiva por calor), tanto el láser como la luz pulsada intensa, permiten eliminar elementos ajenos al cuerpo protegiendo la piel y los órganos que se encuentran alrededor.

Los láseres trabajan con calor y la luz pulsada intensa a través de destellos de luz de altísima potencia actúan sobre la melanina eliminando los vellos de raíz sin perjudicar la piel.

Actualmente existen muchos equipos de depilación que aplican los dos sistemas, pero es importante saber que no son igualmente válidos para todos los pacientes.

Es fundamental, cuando se elige esta técnica realizar la primera consulta con un médico especialista en piel. Él debe indicar el procedimiento a seguir, en función de las necesidades, expectativas, características e historia clínica.

Por otra parte hay que considerar que la depilación definitiva lleva una preparación previa. Es indispensable no arrancar los vellos de raíz al menos durante tres semanas previas al tratamiento (pinzas, cera, máquinas o depilación eléctrica).

La cantidad de sesiones necesarias y los intervalos entre ellas dependerán del tratamiento elegido, del tipo de vello y de la piel, pero la cantidad mínima son 4 sesiones a intervalo de no más de 45 días entre cada una. Esto se debe a que en un mismo momento el vello del cuerpo se encuentra en diferentes fases de crecimiento, por lo que hay que eliminar las células en cada una de las etapas de crecimiento.

Es importante aplicarse protector solar en la zona tratada y cuidarse del sol. Tampoco se puede emplear cremas autobronceantes ni sustancias que puedan pigmentar la piel.

Además hay que evitar el uso de ácido retinoico u otras que puedan provocar fotosensibilidad.

Las contraindicaciones para la realización de un tratamiento depilatorio definitivo son:

-Haber tomado isotetrinoína (ácido retinoico o vitamina A ácida). En estos casos se debe esperar al menso 6 meses para iniciar la depilación láser.

-Estar tomando medicamentos fotosensibilizantes. Se debe informarle al médico el listado de los fármacos que se estén ingiriendo.

-Personas con bronceado reciente y fototipo VI deberán tener mucha precaución. En el caso de haber tomado sol o estar bronceada con anterioridad al tratamiento es riesgoso debido a que al tomar sol la melanina (pigmento que se forma en los tejidos internos) llega a la capa superficial de la piel como una forma de protegerse de las radiaciones. Si en estas circunstancias se hace la depilación, se absorberá mayor cantidad de luz y esto suele producir quemaduras.

-Embarazo. Aunque el láser no es teratogénico por reglamentación internacional se dispuso que una mujer embarazada no debe recibir medicación o procedimiento médico alguno que no sea imprescindible para su salud o la de su bebé.

-Padecer mellitus insulinodependiente no controlada.