Incluyó en su equipaje su propio libro. Ese que cuenta sobre la historia minera de San Juan en el período 1890-1930. Y partió rumbo a Gran Bretaña. Allá, Mabel Benavídez de Albar Díaz participó como expositora en el Octavo Congreso Internacional de Historia Minera, realizado en el condado de Cornwall. Allí no sólo expuso sobre aquellos días de británicos buscadores de metales preciosos en estas latitudes, sino que dejó su publicación en la British Library, de Londres, equivalente a la Biblioteca Nacional de nuestro país. El libro “Oro y Plata en San Juan. Minería, protagonistas y vínculos 1890-1930”, quedó como patrimonio del sector latinoamericano de aquella prestigiosa casa de libros.

Además, Benavídez y el resto de los participantes del congreso pudieron recorrer las viejas minas británicas que hoy son atractivos turísticos y patrimonio histórico indispensable del Reino Unido.

El congreso se realizó en Redruth, condado de Cornwall, que está ubicado en la península sudoeste de Inglaterra sobre el Atlántico. El lugar atesora una antigua tradición extractiva y productiva del cobre, hierro y estaño.

“Inglaterra cuenta con una antigua e importante industria minera, sobre la que se basó la Revolución Industrial que los colocó al frente de la industrialización mundial desde el siglo XVIII. Al producirse el decaimiento de la minería extractiva en el siglo XIX, desde esos lugares del oeste inglés partieron miles de mineros especializados que participaron en la expansión de la minería en todo el mundo, como son las minas de cobre, oro y plata de Chile, Australia, Estados Unidos, Méjico y Sudáfrica”, explicó Benavídez.

La historiadora contó que hubo una larga tarea de restauración y puesta en valor de las antiguas minas ingresas. Con aporte de los viejos mineros se está formando una cadena de museos, cuyo fin –además del económico propio de toda actividad turística- es el rescate cultural. En las cercanías de Redruth, donde se realizó el congreso, los académicos pudieron visitar King Edward Mine Museum, Geevor Tin Mine Museum y la Mina Levant, todos museos realizados sobre antiguas minas.

La experiencia llevó a Benavídez a sugerir nuevamente la restauración, mantenimiento y diseño de visitas guiadas en los antiguos sitios mineros sanjuaninos, como Castaño, Carmen Alto, Gualilán, Salado, Malimán, Marayes e Hilario. Una tarea todavía omitida por las autoridades locales.

Ingleses aquí

Al 8th International Mining History Congress asistieron con ponencias historiadores de Inglaterra, Escocia, Gales, Francia, Portugal, España, Alemania, Dinamarca, Estados Unidos, Canadá, Méjico, Brasil, Japón, Australia, Sudáfrica y Argentina, con Benavídez como única representante.

La sanjuanina participó con un trabajo titulado: “De un lado al otro del planeta: algunos británicos buscadores de metales preciosos y de petróleo en un recorrido intercontinental” (“From one point to the other in the planet: Some British oil and precious metal seekers along an intercontinental route”). El documento fue enviado con antelación y evaluado para autorizar su participación.

El texto estableció el recorrido de algunas compañías registradas en Londres, el origen de sus capitales, las razones de estas aventuras financieras y de vida de los actores británicos que las conformaban.

También se refirió a las tecnologías innovadoras introducidas desde Estados Unidos y del Reino Unido, así como a los motivos de cierre y de abandono de las explotaciones de San Juan cuando llegaba la segunda década del siglo XX.

Como en su libro, Benavídez reparó en los hombres y mujeres comunes que vivieron en San Juan junto a las minas, además de los principales inversores bonaerenses y británicos. Es así que se refirió a William Knox D’Arcy, millonario del oro australiano y fundador de la British Peroleum company.