Brasil ha sido siempre un destino obligado para las grandes líneas de cruceros internacionales. Con sus playas paradisíacas y su clima tropical, un crucero por Brasil puede ser una de esas experiencias que no se olvidan jamás. Recorrer la costa brasilera de sur a norte, a bordo de un barco de primera línea, es un programa único y espectacular. En San Juan, hay consultas en las distintas agencias de viajes por estos viajes para la próxima temporada de verano 2011-2012.
Los cruceros por Brasil recorren ciudades y playas típicas como Río de Janeiro, donde el carnaval invade la ciudad en el mes de febrero. Esta ciudad, que será sede de los Juegos Olímpicos de 2016, es un destino infaltable en todo itinerario porque reúne todo lo que es Brasil en un mismo lugar: playas inmensas llenas de atractivos, el carácter siempre festivo de su gente, la belleza de los morros y ese clima tropical que se mezcla con todo aquello que hace a una gran ciudad.
Otras localidades con playas espectaculares y recorridas por cruceros son: Buzios, Salvador de Bahía y Angra dos Reis. Recife, Santos, las islas Ilhabela e Isla Grande, Portobelo, Maceió, son otros de los destinos que entran dentro de los itinerarios de las diversas líneas de cruceros.
Por lo general los cruceros salen desde Buenos Aires y pasan por las ciudades de Montevideo y Punta del Este, en Uruguay antes de llegar a Brasil. Con lo cual, lo que era una oportunidad espectacular, es aún mejor porque permite la posibilidad de conocer ciudades de tres países sudamericanos en un mismo viaje y desde un mismo barco hotel.
Viajar en crucero es una experiencia única que es necesario vivirla, debido a lo accesible de los precios en estos últimos años. Se trata del viaje soñado en el que el pasajero se despierta y puede mirar el mar desde la ventana. Salir a tomar el desayuno y saber que el sol lo acompaña hasta la mesa. Elegir la actividad apropiada para el día: recorrer una ciudad nueva, descubrir un paisaje distinto o zambullirse en la pileta. Caminar con tranquilidad mientras las olas viajan alrededor. Observar un horizonte infinito que, sin embargo, parece al alcance de la mano. Prepararse para una cena inolvidable, otra vez junto al mar, y tal vez asistir al teatro, ver una película, bailar o divertirse en un casino. Antes de acostarse, un paseo final a la luz de las estrellas. Lo más importante: vivir esta experiencia en un mismo lugar. Así es la vida en un crucero.
En uno de estos cruceros se puede bailar, practicar deportes, recorrer playas y ciudades en los puertos donde se atraca. Se puede tentar la suerte en el casino. Además de asistir al cine o ver un show de music hall al mejor estilo parisino. Se puede confiar en que los más chicos estarán muy bien cuidados en los clubes para niños. Se pueden hacer tantas cosas en un crucero que difícilmente el turista quiera bajarse al llegar definitivamente a puerto.