Pepe Ragessi / Percusión

Admirador de la vida

Su voz es pausada y con un claro acento cordobés. El hombre habla con mucha cordialidad y entusiasmo cuando se refiere a sus creaciones. Se trata de "Pepe" Ragessi. El artesano de 44 años prefiere que lo llamen por su apodo. En su stand hay instrumentos de percusión cuyo origen es del continente africano y se llaman d’gembe o gemb. Estos instrumentos son usados en San Juan entre los jóvenes que suelen ir al parque o en algunas plazas para incluirlos entre los instrumentos de percusión que utilizan las murgas. Tienen diversas formas, tamaños y hasta el sonido podría calificarse como exótico para estas tierras, acostumbradas a los tradicionales bombos norteños.

Pepe sintió siempre una atracción es especial por las artesanías y la música. Es, más, desde niño pasaba por la plaza de artesanías en Córdoba y todo ese mundo le llamaba la atención. Por eso trabajó en ambos rubros, porque se trataba de dos áreas muy vinculadas en su vida. Es que al ser miembro de un grupo musical, componía e interpretaba temas de rock y blues, fue coleccionando en su casa, guitarras que con el paso del tiempo suman 10 de distinto tipo, además de otros instrumentos musicales fabricados por él como cajas peruanas, australianas, entre otros.

Pepe siempre sintió amor por la música. En su paso por San Juan recibió muchas consultas, en especial de jóvenes interesados en estos instrumentos. Mientras su faceta artística la explotaba en creaciones musicales, recién a la edad de 25 años abrazó el mundo de la fabricación de instrumentos como una fuente laboral y no como un hobby.

En sus comienzos trabajó en distintos rubros artesanales, en talleres donde se realizaban vasos, ceniceros y todo tipo de objetos decorativos hechos de vidrio. También pasó por talleres de ropa donde comenzó haciendo botones de madera, luego otros objetos.

En una ocasión, Pepe pasaba por un taller que tenía un cartel que decía: "hacete tu propio tambor". Ese fue el punta pie inicial para comenzar con la construcción de instrumentos musicales de madera.

El hacer instrumentos le lleva distintos periodos de tiempo. Los fabrica con madera de kiri, tensores de polipropileno y la base de cuero de cabra y los aros son de hierro. Sus melodías suelen escucharse en grupos de jóvenes que incluso los utilizan para hacer música fusión en distintos espectáculos que se hacen en San Juan.

Pepe se define como un admirador y amante de la vida. Le gusta ver en la gente, la música, las artesanías, la diversidad de estilos que permiten disfrutar de la creatividad.

Jorge Martínez / Charanguista



Un pedazo de vida

Detrás de un mesón donde están expuestos distintos instrumentos musicales del altiplano, Jorge Martínez le enseña a un colega expositor, cómo se toma el charango para sacarle notas musicales. El hombre es originario de Potosí, pero desde hace unos 20 años vive en La Paz, Bolivia. Llegó a San Juan por primera vez en sus 48 años de vida. Tuvo muchos inconvenientes para lograr su objetivo de mostrar y vender sus productos en la provincia. En la aduana y el límite con Argentina. Pero ya instalado, el artesano disfruta del clima, la gente y el poder contar sobre las tradiciones musicales de su pueblo.

Desde hace tiempo es miembro de la Sociedad Boliviana del Charango, además de coordinador nacional e internacional de ese instrumento, por ese motivo es uno de los organizadores de encuentros internacionales cada dos años, cuenta. No lleva la cuenta de la cantidad instrumentos de vientos y de cuerdas que construyó. Varios días son necesarios para que queden perfectos. Es que a cada uno le pone tanta pasión, que no duda en decir que "con cada instrumento que vendo, va un pedazo de mi vida en él’.

Jorge habla en voz baja y muestra mucha humildad en sus palabras. Comenta sobre la tradición y la importancia que a cada instrumento se le da en su país. Los sonidos que salen de ellos es como un símbolo de la riqueza cultural de su pueblo. Habla no como vendedor de sus obras, sino como un docente que enseña sobre la familia de instrumentos, su utilización, en especial de momentos festivos.

Desde niño se dedicó a la música. Su madre Ernestina lo inspiró porque ella era cantante. Tocar el charango siempre fue un placer para él. Con el tiempo, ese talento lo llevó al mundo artístico. Tiene 4 discos grabados como solistas y participó en la grabación de una treintena de producciones con otros artistas bolivianos como Enriqueta Ulloa, Luis Rico, además de otros músicos latinoamericanos.

El hombre no se sentía cómodo usando instrumentos que no eran de él. Por eso comenzó a fabricarlos de acuerdo a sus gustos con madera de naranjillo, naranjo o jacarandá. Entonces puso su taller. Allí comenzó a fabricar instrumentos de vientos como samponias, quenas, flautas. Sus clientes eran turistas del exterior.

En ese encuentro llegan músicos de distintas partes del mundo para aprender y comprar instrumentos como los que muestra Jorge, cuyo sueño es volver otra vez a San Juan.