– Por ser la vid el cultivo de mayor importancia en cuanto a superficie cultivada y demanda hídrica nos referiremos exclusivamente a este cultivo.
– Las variedades de mesa son exigentes en general en cuanto a los requerimientos hídricos por lo que resulta conveniente un adecuado abastecimiento de agua para mantener la turgencia, calibre y calidad de las bayas. Se recomienda priorizar el riego sobre otras variedades con menor retorno económico hasta cosecha.
Una vez cosechada, es posible reducir el riego hasta un 40-50 % para evitar rebrotes excesivos hasta el final del ciclo (abril), para lo cual se emplea la técnica de los riegos volantes o cortos, que se describe mas adelante.
-En el caso de vides finas de vinificar puede resultar favorable un estrés moderado de manera de mantener un equilibrio entre el follaje y la carga frutal. La reducción del riego genera cambios específicos en el tamaño de la baya lo cual es importante porque los componentes aromáticos que determinan la calidad de los vinos se localizan principalmente en la piel de la baya. En el caso que el propósito sea lograr mayor producción no se debe someter a estrés el cultivo.
-Una vez finalizada la cosecha, en las variedades que se cosechan hacia fines de febrero- marzo, sólo es necesario un riego poscosecha, lo cual es suficiente hasta la esencia. Es importante recordar que después de la caída de hojas no es necesario regar hasta antes de brotación.
La excepción puede ser riegos eventuales con cultivo de vicia, cebada u otro cultivo de invierno o bien cuando se incorporó estiércol para humedecer e incorporarlo al suelo. En este último caso también hay que aplicar riegos volantes o cortos.
– En términos generales, una vez finalizada la cosecha, sólo habrá que realizar riegos volantes para mantener la humedad necesaria en el suelo. No enlagune. No pierda agua.
– Un caso especial va a ser el último riego, donde se incorpora una mayor cantidad de agua a fin de que el suelo disponga de humedad suficiente como para comenzar la evapotranspiración del cultivo en el próximo ciclo agrícola.
Esto en realidad es que cuando hay riesgos de heladas tardías el productor tiende a regar lo más tarde posible para no inducir la brotación con el humedecimiento del suelo.
– Entre las técnicas que permiten economizar agua en periodos de escasez se destaca el sistema de riego por surcos ya sea un surco amplio al medio o dos surcos a ambos costados de la planta. El riego por inundación (4 a 8 tapadas con bordos) requiere de mayores volúmenes de agua y es muy ineficiente principalmente cuando el terreno no se encuentra bien nivelado o hay gran cobertura de malezas.
-El riego por surcos permite además la aplicación de riegos "volantes" que significa utilizar la menor cantidad de unidades de riego posible, de manera de lograr un reducido tiempo de avance. El caudal a aplicar debe ser el máximo no erosivo, es decir que no arrastre y erosione el suelo particularmente si es arenoso.