La feria contó además con un concurso que premió los mejores sabores. Un jurado compuesto por testeadores no videntes especializados en análisis sensorial evaluó la calidad de quesos de vaca y cabra semiduros, dulces de leche y aceites de oliva. Experiencia de Sabor, el concurso organizado por Caminos y Sabores y la consultora STG, tuvo récord de participación, con 26 productos de 8 provincias distintas, y definió que en queso de cabra de pasta semidura el ganador fue Los Nadis, de San Luis; en queso de vaca de pasta semidura, el premio fue para la tucumana Finca los Sueños; el mejor aceite de oliva fue el de Sabor Pampeano, de la provincia de Buenos Aires, y el mejor dulce de leche, al igual que el año pasado, fue el de los productores salteños de Campo Quijano.

Caminos y Sabores contó con el auspicio del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), la Fundación Export.Ar, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO).Evento cultural

También se realizaron clases de cocina
donde chefs de todo el país presentaron sus innovaciones- nadie se quiso perder clases como la de Lisandro Martínez y Gunther Moros que, a cargo de los sabores misioneros, prepararon un pacú al horno sobre emulsión de mamón. Desde la Patagonia, los chubutenses Martín Moroni y Tomás Urturi prepararon un lomo de guanaco curado en cacao con salsa de nabos silvestres y desde la Puna, Magda Choque Vilca hizo un recorrido gastronómico en el que recuperó la alimentación de la época independentista.

En los talleres de elaboración de alimentos regionales los mismos expositores mostraron cómo preparan los alimentos que producen. Por eso, los asistentes pudieron aprender a elaborar cerveza artesanal, el pan de campo la Laguna de Lobos, bolas de fraile de Vuelta de Obligado o a cocinar sin gluten.

Además, todos los días hubo un espacio de huerta a cargo de Bottega Italiana, donde el equipo de voluntarios de Huerta Niño enseñó a preparar una huerta hogareña, para que cada uno pueda comenzar a comer de la propia cosecha.