Hay veces que los días son un caos. Problemas en el trabajo, la escuela de los chicos, la economía doméstica, dificultades familiares, la pandemia, el coronavirus entre otros tantos temas pueden afectar de manera directa el descanso, e incluso desarrollar insomnio. El hacerlo de manera inadecuada interfiere en el estado anímico, la forma de pensar y de ejecutar diversas actividades, e incluso la salud.
Tener una buena noche de sueño y despertar descansado permite renovar la energía diaria y, aunque parezca algo imposible de conseguir, implementando algunos hábitos se puede lograr un sueño de buena calidad.
Aprovechar las horas de sol
El reloj natural del cuerpo humano permite aprovechar al máximo las horas de luz solar con mayor energía y, por el contrario, nos va indicando cuando oscurece que es hora de descansar, por lo que aprovechar el día desde primera hora ayudaría a un descanso más ameno.
Incorpora ejercicio a tu rutina
Realizar ejercicio, sea del tipo que sea, trae múltiples beneficios al cuerpo y alma de las personas, ya que favorece el estado de salud y mejora el estado anímico. Además, alivia el estrés y provoca cansancio, por lo que llegarías agotado al culminar la jornada y ello podría ayudarte a conciliar el sueño más rápido. Eso sí, evita que el ejercicio sea un par de horas antes del momento de descansar, ya que al estar estimulado no podrás dormir.
Reduce o evita el consumo de cafeína y alcohol
La cafeína bloquea los receptores de la adenosina, provocando que el organismo entre en estado de alerta aumentando la energía física, por lo que, si consumes café antes de dormir, conciliar el sueño será bastante difícil.
En el caso del alcohol quizás un par de bebidas ayuden a conciliar el sueño más rápido, pero puede afectar la calidad del mismo durante el transcurso de la noche, por lo que es probable que al despertar te sientas aturdido e incluso descompuesto, y no descansado.
Procura un “escenario” ideal
No hay duda que para poder lograr un descanso óptimo se debe contar con algunas condiciones, como por ejemplo una cama, colchón y almohadas que sean de tu comodidad, con el abrigo suficiente para que factores como frío o calor interrumpan el sueño.
Además, ambientar la habitación de cierta manera puede ayudar a conciliar el sueño más rápido y descansar de forma más profunda. En este caso presta atención a la iluminación, el orden e incluso algunos inciensos o velas aromáticas serán de ayuda.
¡Ojo con la cena!
Al momento de cenar procura que sea un par de horas antes de ir a la cama para evitar recostarte con el estómago lleno y que eso dificulte conciliar el sueño. Además, hay que tener en cuenta qué tipos de alimentos se consumen, puesto que algunos como la carne roja, grasas o azúcares suelen sobrecargar el proceso digestivo y provocan acidez.
No abuses de las siestas
Los sanjuaninos y la siesta vamos de la mano prácticamente, pero el abuso de las mismas podría afectar el descanso necesario. La recomendación es dormir entre 30 minutos a una hora, aunque algunos se extienden un poco más, según el ritmo del día y no está mal, pero no abuses para no interferir en el sueño nocturno.
“Desconecta” antes de descansar
En varias oportunidades la dificultad para dormir proviene de la cabeza de cada uno. Las preocupaciones o los problemas dan vueltas y así descansar se hace imposible. Para evitar que eso suceda, prueba con desconectar al menos una hora o 45 minutos antes de dormir. ¿De qué manera? No estés pendiente del teléfono o de temas laborales, tómate tu tiempo para lavarte los dientes o realizar una rutina de limpieza nocturna, incluso puedes leer o ver un capítulo de alguna serie antes de disponerte a dormir.
Si ninguna de las sugerencias anteriores ayuda, y el insomnio pasa de ser algo ocasional a un malestar diario, quizás es hora que hagas una consulta médica para poder identificar y tratar a fondo las causas que dificultan el descanso necesario.