En la vorágine productiva que impone la actividad minera mundial minuto a minuto en la bolsa de valores, es destacable remarcar sucesos históricos que vinculan a esta industria con el desarrollo humano, principalmente de comunidades y pueblos que surgieron gracias a la actividad extractiva. En este contexto, vale enfatizar que recientemente la mina chilena Chiquicamata cumplió 100 años de vida. El yacimiento de cobre, considerado actualmente el más grande del mundo en su tipo, fundó su campamento en 1915 y su historia data de épocas pre-colombinas. Su desarrollo fue y es tan influyente para el pueblo que surgió luego de su fundación, que actualmente se encuentran a la espera de que la zona sea declarada Patrimonio de la Humanidad, dentro de la categoría “ejemplo excepcional del fenómeno global de las ciudades obreras”.
La riqueza mineral de la zona parece inagotable, algunos restos arqueológicos encontrados estiman que las primeras explotaciones se realizaron entre los 450 y 500 años antes de Cristo. Los primeros hombres que trabajaron de manera estable en Chuquicamata, hasta donde existen antecedentes, fueron los atacameños, quienes usaban herramientas de madera y piedras semitalladas, barrenos y cinceles rústicos.
Existen indicios de extracciones en lo que hoy es el sector noroeste de la mina. Curiosamente, el procesamiento del mineral en la época pre-colombina tenía lugar a varios kilómetros de Chuquicamata, en las riberas de los ríos Salado y Grande. Los historiadores deducen que los atacameños escogieron este lugar para la fundición del metal por su cercanía al “Camino del Inca”, ruta donde comercializaban sus productos.
En 1882 se instaló la primera faena industrial en el sector. La empresa Guggenheim Bros, de Estados Unidos, produjo la primera barra de cobre fino el 18 de mayo de 1915, a lo que siguió un período durante el cual la empresa recibe sucesivos nombres como: Chile Copper Co., Anaconda Co. y Chile Exploration Co. Posteriormente fue cambiando de manos hasta que en 1971 se promulgó una reforma constitucional mediante la cual se nacionalizó la gran minería de cobre en Chile, lo que significó la entrada de Codelco, actual dueña de la mina, una de las cien mayores empresas del mundo y una de las cinco principales multinacionales en materia de minería metalífera.
Desde el mes de mayo se vienen realizando diferentes actividades en el pueblo de Chuquicamata por motivo de su centenario, especialmente de características sociales y culturales que rescatan el centenario de un pueblo que nació gracias a la minería.
Este mega yacimiento posee dimensiones descomunales. Según los datos ofrecidos por la compañía Codelco, el open pit de la mina pose aproximadamente 4,5 kilómetros de largo, 3,5 kilómetros de ancho y un kilómetro de profundidad. El largo de la zona de extracción del yacimiento es tan impresionante que equivale a 88 veces la altura del campanil de la Catedral de San Juan. Este increíble polo minero, cuyo asentamiento posiblemente se convierta en patrimonio de la humanidad se localiza al norte del país trasandino, a tres horas del límite internacional con la República de Bolivia.
