Una nueva nanotecnología presentada ayer en Chile permite alargar la vida útil de los alimentos de exportación hasta un 30 por ciento a través de la elaboración de envases con componentes de hojas y frutas autóctonas.

"Lo que hacemos es incorporar a los envases nanocompuestos activos de productos tradicionales como maqui, murtilla y calafate, los que generan un efecto positivo y beneficioso para el contenido", explicó la científica María José Galotto, que lideró la investigación.

Las propiedades antimicrobianas, antioxidantes y absorbentes de etileno son algunos de los beneficios que pueden incorporar los innovadores envases a través de la nanotecnología chilena.

Según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), cada año un tercio de los alimentos para humanos se desperdicia a causa de su degradación por recolección, almacenamiento, empaquetamiento o transporte.

Por eso, según la científica, "nace la necesidad de dar respuesta a la demanda de los consumidores que prefieren alimentos menos procesados y bien envasados".

Los costos de generar este tipo de envase son entre un 3 y un 5 por ciento más elevados que los corrientes, pero el incremento de costo "se absorbe por la disminución de las pérdidas de productos que se degradan", explicó Galotto.