Con una cena organizada por él mismo, no podía ser de otro modo; el inefable Jorge Diez reunió familia, amigos y clientes que por el trato frecuente se convirtieron en nuevos amigos; para celebrar una asignatura pendiente en su vida: cumplir con un viejo anhelo que a los cuarenta y seis, con esposa, dos hijos y una empresa familiar pujante; terminó la carrera que empezara en su juventud y se recibió – por fin – de técnico universitario en Comunicación y Periodismo y por si fuera poco, también con diploma de honor. La invitación fue por demás original: una copia del flamante título recibido y la convocatoria a compartir su mesa, brindar y bailar hasta el amanecer. Lo acompañaron, por supuesto, su esposa, Silvina Pagés y sus dos hijos, Santiago y Facundo.
Celebración por graduación

