El cambio siempre está presente, especialmente en el comercio global, pero para una industria como la de los productos agrícolas frescos, que además tiene que moverse lo suficientemente rápido como para recolectar, envasar, transportar y vender productos perecederos, los cambios que afectan al comercio global suceden a un ritmo incluso más rápido. Hace diez años, hablábamos sobre el costo del agua, ahora hablamos sobre la disponibilidad del agua, señala José Antonio Gómez, de Camposol, en la presentación Vientos de cambio en el Comercio: Geopolítica, Comercio Global y tú, que se llevó a cabo durante la PMA Fresh Connections, celebrada la semana pasada en Rotterdam. Antes, hablábamos de costos de mano de obra y ahora, hablamos sobre disponibilidad de mano de obra; antes, hablábamos de disponibilidad de tierra de cultivo y ahora, sobre disponibilidad de tierra de cultivo limpia; antes, se buscaban áreas con un buen clima adecuado a la agricultura; ahora, se buscan zonas donde el clima simplemente sea estable. José Antonio argumenta que los factores que determinan quién cultiva qué cambian continuamente y que el panorama se va a volver cada vez más confuso con el aumento de la población mundial.
Los mercados están cambiando y eso ayuda al aumento del comercio, indica Gómez. El comercio aumenta, el consumo aumenta y esto está cambiando la forma en que se produce el intercambio comercial en las economías emergentes. Él opina que, gracias a su clima más estable, el hemisferio sur se convertirá en el gran proveedor de producto fresco para el resto del mundo, pero qué se cultivará en el sur y dónde se enviará este cultivo estará determinado por los cambios en el hemisferio norte.
