Fotos: archivo Diario de Cuyo y colaboración Noelia Agrás

Los escasos segundos que duró el último sismo percibido en tierras sanjuaninas el pasado 18 de enero, dejaron un sinfín de secuelas. Algunas emocionales, otras materiales. Sin lugar a dudas, ambos casos difíciles de superar, más aún si no se cuenta con recursos, no sólo económicos sino con otros que vienen de la mano de los conocimientos técnicos y profesionales y por qué no, de resiliencia.

Por suerte, desde dos colegios profesionales, a través de los mismos especialistas, salieron de inmediato a poner sus saberes al servicio de la comunidad, de manera gratuita y sin limitaciones. La respuesta de los damnificados no se hizo de rogar. A esta altura tienen cientos de pedidos, por lo que ambas iniciativas que fueron pensadas sólo para los primeros días, se extendieron sin fecha. Hasta que haya necesidad.

"Si sirve lo que hacemos, en buena hora que podamos ayudar", coinciden los representantes de estos grupos profesionales que, una vez más actúan con celeridad y especialmente, con solidaridad.

 

  • Contención emocional

El terremoto de 6.4 grados no sólo movió los cimientos de muchísimas viviendas, sino que dejó tambaleando las sensaciones y fortalezas de muchas personas, vivieran más cerca o más lejos del epicentro. Sin lugar a dudas, con el movimiento surgieron miedos, angustias y ansiedades, se reavivaron duelos, se comenzó a padecer por las pérdidas, entre muchos otros emergentes personales. Para calmarlas o al menos contenerlas y comenzar a mirar la situación de crisis desde otro punto de vista, bastó que se reactivaran los teléfonos de un grupo de psicólogos -integrantes de la Comisión de Emergencias y Desastres del colegio que los agrupa- que de inmediato salió al "rescate emocional". Es el mismo grupo que ya había actuado al principio de la pandemia dando contención ante el Covid.

"Los miedos son lo primero que aparecen: miedo por si vuelve a temblar, por si se va a caer otra pared de la casa, por si alguien va a salir dañado. Es lógico porque un terremoto genera inseguridad. También aparecen ansiedades, angustias, inclusive sintomatologías corporales, todas vivencias que ya teníamos activadas por el Covid. Esto frente al terremoto, se potencia y hasta surge una cuestión de incertidumbre máxima. Es más funcionan dos fuerzas antagónicas que son difíciles de resolver porque mientras la pandemia nos proponía quedarnos en casa como el lugar más seguro, el movimiento sísmico hace que inconsciente e instintivamente se tienda a salir de la casa para resguardarse, porque la vivienda deja de ser un lugar seguro. Pero el afuera también es un lugar peligroso. Toda esta situación nos impulsa la necesidad de empezar a gestionar emociones de una manera totalmente diferente. Pareciera que no quedó ningún lugar seguro, mas que uno mismo", detalla Silvana Bonil, quien por su experiencia en distintas circunstancias catastróficas como el atentado a las Torres Gemelas (vivía en Estados Unidos en ese momento), es quien coordina la Comisión de Emergencias y Desastres del Colegio de Psicólogos de San Juan y, entre otras acciones el servicio "Yo te cuido".

De más está decir que además de los miedos, algunas personas activaron temores antiguos por lo vivido en terremotos de otras épocas, otros tuvieron reacciones de agresividad por lo que significa la impotencia y la bronca de ver caer paredes o ver sepultado lo que consiguieron con tanto trabajo, apareció sintomatología física como no poder dormir o no poder comer que son conductas de estrés esperables en estos casos.

Pero hay otros que pidieron ayuda por duelos que no resolvieron, por pérdidas de todo tipo. Es que la asistencia no se limita a quienes se han visto más expuestos y afectados por el sismo, sino para toda población que lo necesite.

En un principio se pensó que los dos o tres días subsiguientes al terremoto serían suficientes para un trabajo solidario con la comunidad, pero fue tal la demanda y la necesidad, que extendieron este servicio gratuito de escucha telefónica por una semana más. A esta altura van por los quince días de tarea y, próxima capacitación mediante -que se definirá esta semana- a los voluntarios para reforzar algunos conceptos que ligan el vivir en una tierra sísmica y la respuesta psicológica, ya proyectan una duración de al menos tres meses de contención e intervención profesional. Si bien por ahora hay solo 15 psicólogas activas, estiman que serán unos 70 los voluntarios que comiencen a responder llamados o inclusive a ir a algunas comunidades muy afectadas. 

Hasta ahora han recibido pedidos de ayuda de todos los departamentos, tanto por hombres (una notable minoría) como por mujeres que gestionan este "salvavidas" para ellas, para sus hijos y para la comunidad. De hecho, un aspecto que llamó la atención de las profesionales fue la necesidad de contención por parte de niños y adolescentes, población que se ha convertido en vulnerable en estas circunstancias. "Suponemos que esto debe ser por las respuestas de los adultos en el terremoto: los grandes son los que contienen, sostienen y ayudan a gestionar emociones, pero pareciera que esa función no la han estado pudiendo hacer por sus propias angustias. Por ejemplo nos llamaron de la comunidad de Villa Unión en Carpintería, pidiendo ayuda para todos los niños. Son 30 familias, cuyos menores no podían dormir después de haber sufrido una situación traumática con el temblor, el corte de luz y empezar a ver caer sus casas de adobe. Fuimos al lugar, trabajamos en talleres con las mamás y los niños para que pudiesen hablar lo que pasó, procesarlo y acompañarse entre todos. Nuestro objetivo es transformar el dolor en sufrimiento que se pueda abordar. Hay que tener en cuenta que frente a una catástrofe y la indefección de la gente es de vital importancia la intervención social, recomponer la red de ayuda y ver las cosas materiales que faltan para resolverlo porque si no, al aparato psíquico le cuesta más poder armarse de nuevo", explica la psicóloga.

 

EL DATO

  • Para acceder a "Yo te cuido", el servicio de conteción, escucha y acompañamiento en crisis -en estas circunstancias puntuales por el terremoto- basta con llamar o enviar un mensaje al teléfono 0264 4040319, contactarse por mail a sjemergenciasydesastres@gmail.com o en redes sociales de la comisión de emergencia y desastres. El ofrecimiento es de una comunicación telefónica sin costo para quien lo necesite, con la posibilidad de volver a contactarse en otras oportunidades o de derivación a un profesional o centro de salud para llevar a cabo tratamientos en casos que lo requieran.

 
 

 

  • Techo seguro

 

Noelia C. Agrás le propuso a todos sus colegas, al menos con los que comparte algunos de los muchos grupos de WhatsApp de arquitectos o los que son miembros del Colegio que los aúna, llevar visible en el tablero o la parte posterior del auto, el casco blanco con los que van a las obras. Y que los identifica como profesionales de la Arquitectura.

Su iniciativa tiene una razón de ser: primero y principal para que la gente sepa al ver ese elemento que hay un profesional disponible para evaluar el estado de su casa sin costo alguno y segundo, y sin dejar de tener relación con el punto anterior, para tener todos los materiales de trabajo necesarios por si pasan por una de las zonas con mayores daños.

La idea que tuvo el martes 19 de enero a las 7:30 de la mañana, se multiplicó cientos de veces, ya que no sólo llegó a sus pares, los que respondieron de inmediato. Sino que también comenzó a recibir pedidos de ayuda, especialmente de Pocito, Rawson y Santa Lucía, también de Zonda, Albardón y hasta Iglesia.

 ‘Vivo en Pocito y ni bien pasó el terrible sacudón esa noche del lunes, me imaginé de algún modo, lo que iba a pasar con las viviendas. Soy consciente que en Pocito, la mayoría de los asentamientos pero además muchas otras construcciones tradicionales son de adobe, por ende, en ellas repercute muchísimo cada vez que hay un sismo. Todo lo que había pensado fue poco, respecto de la realidad. Fue mucho más grave. Por eso, al otro día, hice la propuesta pensando que los arquitectos teníamos mucho para aportar", cuenta Noelia, quien tiene su consultora de arquitectura para trabajos independientes pero a su vez es miembro de la Comisión Directiva del Colegio de Arquitectos, es la primera vocal, por segundo mandato. Obviamente desde esta institución fue desde dónde tuvo el respaldo oficial, a la par, que al menos 15 colegas se sumaron a su "Campaña del Casco Blanco".

Así fue como a través del teléfono y con mucha voluntad, se organizó con los arquitectos Guillermo Fernández, Ricardo Blarasin, Laura Cocinero, Ernesto De Paolis, Laura Torres, Lucas Sosa, Graciela Stieglitz, Carmen Cardena, Andrea Luna, Oscar Atencia, Andrea Melo, Gustavo Moya, entre otros, para ir a visitar las viviendas, cuyos propietarios requieran ayuda para evaluar si una casa es habitable o no, después del sismo.

"Cada vez que visitamos a alguien sentimos que le damos seguridad y tranquilidad para seguir adelante. Ya tienen un diagnóstico, al menos. Pero a su vez les explicamos que, para Planeamiento, las construcciones de adobe no son habitables, no están aprobadas y que además hay que tener en cuenta que si son construcciones de antes del "44, ya han subsistido y se han mantenido en pie en tres terremotos, por lo que ahora han colapsado y dicho basta. Son un peligro y deben reemplazarse" asegura.

Si bien ya han pasado quince días, aún no pueden contabilizar la cantidad exacta de viviendas que han visitado. Son cientos. Algunas tienen problemas estructurales graves, otras más leves. Han corroborado destrucción total pero también grietas, roturas de palos que sostienen techos, humedad en las paredes, separación de materiales y descenso de terrenos. Algunas son en su totalidad de adobe y otras, lo que no es del todo seguro, combinan adobe con otros materiales como block y ladrillos, que no pueden actuar correctamente ni en forma paralela ante el movimiento sísmico. Muchas están ubicadas en asentamientos precarios, pero otras son casonas tradicionales o construcciones en fincas. Algunas son más nuevas, pero la mayoría son previas a 1944.

Además de analizar las condiciones de una construcción, es tal el vínculo y especialmente el compromiso que se genera con las familias que los arquitectos, siempre y cuando se lo pidan, hasta se ofrecen para guiar en las nuevas construcciones que van a hacer. "Muchas familias están a cargo de personas que saben de albañilería y son los mismos que levantan nuevas paredes, por lo que podemos ayudar en los cálculos, en aconsejarles que usen hierro del 6 para asegurar las estructuras y sujetar muros, los orientamos con las columnas o el atado de adobe", explica.

Algo fundamental es que los profesionales en muchos casos dan su evaluación oral, pero en caso de requerirse por la gravedad, firman, sellan y dan su informe por escrito para que sirva de antecedente ante los gabinetes técnicos de municipios o de entes provinciales que puedan ayudar a las familias a la reconstrucción de sus casas.

"Todavía seguimos recibiendo pedidos, a punto tal que no hemos podido responder de inmediato. Calculo que tenemos dos días de retraso. De todos modos, quien lo necesite, debe saber que estamos disponibles para ayudarlos", afirma la profesional.

 

  • EL DATO

Aquellas familias afectadas por el terremoto, que necesiten saber el estado de sus viviendas o de parte de ellas o recibir asesoramiento técnico para las paredes que están volviendo a levantar, deben enviar un mensaje al teléfono 2644581689, indicando nombre y apellido, dirección, cómo llegar y algún dato más de la construcción. Aunque no respondan en el momento, algún arquitecto disponible los contactará.

Hay que tener en cuenta que es una labor voluntaria y la hacen en el tiempo libre con el que cuenta. La visita es totalmente gratuita.