Desde hace años este cerro, que fue una montaña sagrada para los antiguos pueblos, resulta una aventura atractiva para muchísimas personas de todo el mundo, que estimuladas por las leyendas y las historias que envuelven la montaña, se ven movilizadas a realizar importantes viajes tan solo para tener la oportunidad de recorrer su camino y atisbar el panorama serrano desde la mítica cumbre.
El ascenso puede hacerse de día o de noche. En cualquier caso hay que contar con zapatillas o botas de trekking preferentemente o deportivas en óptimo estado.
La ropa debe ser cómoda, de colores llamativos o claros, que resalten a simple vista.
Para alimentarse e hidratarse hay que salir con 2 litros de agua y 1 vianda por persona (por ejemplo 2 sandwiches y 1 fruta) y alimentos con azúcares (caramelos, barras de cereal, pasas de uva, etcétera).
De noche
La subida comienza durante la tarde hasta llegar al refugio ubicado en el inicio del tramo final del ascenso. Una vez allí un administrador asigna un espacio dentro del edificio para pasar la noche. Cuando el sol comienza a asomar nuevamente, se continúa la subida para llegar a la cima al amanecer.
El ascenso hasta el refugio suele demandar entre 2 y 3 horas, dependiendo de la condición física.
Se debe iniciar la subida con el tiempo suficiente para alcanzar el refugio antes de la caída del sol, ya que no está permitido recorrer el camino durante la noche sin guía.
En esta zona geográfica, la amplitud térmica suele ser bastante grande y durante la noche se producen descensos importantes en la temperatura. Contar con buen abrigo y una bolsa de dormir es absolutamente imprescindible para pasar la noche sin percances.
Las provisiones para este tipo de excursión son más extensas que para la excursión normal durante el día, ya que la cantidad de horas empleada es mucho mayor. Se recomienda llevar de 2 a 3 frutas, 2 o 3 barras de cereal, 2 litros de agua y una vianda para la cena, por ejemplo un par de sandwiches.
