Algunos nunca pudieron publicitar sus presentaciones, otros ensayan para tener una oportunidad. Por San Juan pululan los ilustres desconocidos con otros que ya tienen temas propios, escenarios recorridos en pubs y festivales y van en busca de grabar su primer trabajo. Son en su mayoría jóvenes veinteañeros que, unidos en bandas o como solistas, descubrieron de niños su vocación por la música. En la mayoría de los casos ese sentimiento por el arte lo conocieron dentro del seno familiar. Algunos de ellos son: "Los Pibes Santos", "El Cimbronazo", "Armandos" y el guitarrista Gonzalo Ponce.
Protagonistas
"Los Pibes Santos" – cumbieros cristianos
La banda nació de casualidad durante una reunión de jóvenes evangélicos en Marquesado. Fue en el año 2005. Sus miembros provenían de distintas corrientes musicales como sinfónica, rock y melódico. Otros tenían como virtud el canto. El cóctel de talentos resultó todo un éxito. Claro, las letras no eran las clásicas de la cumbia villera, sino de canciones cristianas de alabanza y adoración a Dios, arregladas para darles un toque tropical. Así nacieron "Los Pibes Santos".
En el 2008 arrancaron con una nueva formación que tiene como miembros a Jonathan Renna (20), Santiago Romera (20), Guillermo Ledo (25), David Alemán (22), Darío Renna (22), Bernabé Ponce (20), Maximiliano Aracena (19) y Sergio Aracena (26).
Jonathan es la primera voz del grupo, además juega al rugby en el Club Huazihul y estudia Ingeniería en la UNSJ. Por otro lado, Maximiliano proviene de una familia de músicos. Por eso él estudia el profesorado en la Escuela de Música de la UNSJ. Como ejemplo familiar está su hermano Sergio, que es músico de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Córdoba y de la UNSJ y en Los Pibes Santos es el bajista.
Santiago es el baterista de la banda. Con sus 20 años, hacer música forma parte de sus tareas cotidianas junto con sus estudios de Kinesiología en la UC de Cuyo.
Guillermo es el presentador y coreógrafo. Está a punto de recibirse de ingeniero en Minas, milita en la Liga Universitaria de Fútbol y es una apasionado de la cumbia.
El guitarrista de Los Pibes Santos es Darío Renna. Amante de la música instrumental y sinfónica, comenzó a tocar la guitarra a los 12 años.
La percusión está a cargo de Bernabé. Desde niño le gustó practicar ritmos tropicales y en la actualidad forma parte de su vida junto con sus estudios de Trabajo Social en la UNSJ.
La última incorporación al grupo es David Alemán, de 22 años. Un joven peruano que es pianista y llegó a San Juan para estudiar el profesorado de ese instrumento.
El cóctel de talentos ya piensa en un posible disco para llegar a más fans.
"El Cimbronazo" – tangueros de alto vuelo
El común denominador de "El Cimbronazo" es que todos son amigos, estudiaron en la Escuela de Música de la UNSJ desde chicos con el apoyo de sus familiares e incluso algunos de ellos en la actualidad enseñan ese arte en proyectos sociales, tanto a niños, adolescentes como adultos. Se trata de un sexteto de tango en el que sus miembros están en camino de ser profesores e incluso hay dos que forman parte de la Orquesta Sinfónica de la UNSJ. Pasearon su talento por escenarios como el del Mundial de Tango en Buenos Aires y en el Pre Cosquín 2008, representando a San Juan, entre otros.
Sus integrantes son: Mauricio Manrique, Emanuel Lucero, Mercedes Jofré, Marcos Zavaleta, Juan Carlos caballero y Alfredo Agusto. Sólo hacen temas instrumentales de tangos de todas las épocas. Para desembocar en lo que hoy es "El Cimbronazo", sus miembros recorrieron un largo camino de estudios musicales.
Mauricio, el guitarrista, tiene 34 años. Estudió en la Escuela de Música de la UNSJ y ahora enseña. Su acercamiento a la música nació cuando iba a la escuela primaria.
Emanuel estudia el profesorado de percusión y flauta en la UNSJ. Arrancó a los 7 años como sus hermanos.
Entre las últimas incorporaciones del grupo está Mercedes. La chica de 22 años está en quinto año de flauta traversa y además de tocar en El Cimbronazo, también hace coros en una banda de reggae y toca en el Ensamble Contemporáneo Andino.
El contrabajista Marcos Zavaleta, de 29 años, tuvo su primer contacto con un instrumento musical como la guitarra a los 15 años. En la Escuela de Música estudia contrabajo e incluso enseña a tocar.
Los violinistas de la banda son Juan Carlos Caballero (24) y Alfredo Augusto (25). Ambos son músicos de la Orquesta Sinfónica de la UNSJ. Como en los casos anteriores. Comparten la misma vocación por la enseñanza de música en barrios pobres, por medio de proyectos sociales estatales y de ONG.
Con todo ese bagaje de experiencia, Los Cimbronazo, quieren seguir en la tarea de ofrecer tango de alto vuelo.
"Armandos" – rock en las venas
El amor por el rock and roll y el blues fueron suficientes motivos para que 5 chicos se unieran y formaran la banda "Armandos". Todos veinteañeros y con conocimientos musicales que adquirieron casi desde la cuna. La banda está formada por Gerardo Elizondo (24, saxo); Franco Nacif (24, guitarra y voz); Franco Rapari (23, guitarra); Mauricio Montiveros (20, batería) y Jorge Sastre (25, bajo).
Desde sus inicios los chicos de "Armandos" quisieron tener identidad propia. Es por eso que el trabajo apuntó siempre a mostrar temas nacidos en el seno de la banda. Hoy están en busca de grabar y promocionar un trabajo que pueda difundirse a nivel nacional para llegar a más público.
La fuerte personalidad de la banda tiene que ver con la disciplina que sus miembros le dan al trabajo y que nace de una vocación por la música. En su trayectoria ya fueron grupo soporte de "Jóvenes Pordioseros", "Los Gardelitos", "Kapanga", "La 25", entre otras agrupaciones reconocidas de la Argentina.
Esa experiencia le da una fortaleza artística que quieren impulsar para enriquecer su trabajo profesional.
La historia de la banda dirá que Gerardo tuvo su primer contacto con la música en tercer grado del Colegio Don Bosco. Allí, se destacó en percusión y la profesora le recomendó a sus padres enviarlo a la Escuela de Música para pulir ese diamante artístico. De ahí en adelante le gustó el saxo y con ello llegó la vocación.
Mientras que Franco Rapari, cuando tenía 13 años comenzó a tocar la guitarra en su familia y se destacaba tocando para sus compañeros de la Escuela Industrial Sarmiento, en especial en la plaza Aberastain.
Mauricio es el batero del grupo. Su vocación asombró a su familia, pero luego de que experimentaran el talento del muchacho, lo animaron para seguir perfeccionado su vocación.
Con historias de vida llenas de vocación, Armandos no quiere pasar desapercibido en el mundo del rock, por eso van en busca de la conquista del mercado nacional.
Gonzalo Ponce – Trovador de la guitarra
La guitarra estaba sucia y olvidada en el fondo de su casa. El instrumento era de su papá. Ese día, Gonzalo Ponce (hoy de 22 años), supo que su vocación era la música. Por eso, a los 12 años ingresó a la Escuela de Música. Su paso por las aulas fue provechoso, pero prefirió seguir sus estudios en forma particular. Además de tocar, Gonzalo es compositor. Ya tiene 10 temas propios grabados. El trabajo lo denominó "Noche de silencio". Y ya está en planes para grabar un segundo disco que le permita mayor difusión de su arte.
Su fuente de inspiración para escribir es variado. Las mujeres tienen un lugar privilegiado en su repertorio, pero igual, cualquier tipo de circunstancias que se le presentan en la vida es motivo para escribir. Es más, siempre anda con algún cuaderno y lápiz para tomar nota de algo que le inspire para volcarlo en sus canciones.
Se define como un artista sensible, curioso, que siempre quiere mirar más allá. Por eso apunta a crear canciones que toquen las fibras más íntimas de sus seguidores.
Gonzalo pasa muchas horas del día afinando sus sentidos para lograr perfeccionarse en su vocación de músico. Escucha a distintos intérpretes, para conocer si hay algo nuevo que lo pueda enriquecer y de esa manera explorar en el arte. También hay otra pasión que comparte con la guitarra: la cocina. Es que el muchacho es cocinero de un restaurante de la zona de Desamparados.
Esa pasión la heredó de su abuela. Es por ello que también paralelamente a la música, sabe lo que es la buena comida. En definitiva, un artista que suma condimentos de la vida para lograr plasmarlo en canciones.

