Corría el año 1988 y por entonces don Hugo Meglioli, con su señora Ana María García y sus cuatro pequeños hijos, decidieron diversificar su actividad laboral y radicarse con su familia en el campo para producir.

Luego de poner en marcha una propiedad rural seriamente abandonada, que sólo tenía unos olivos semi recuperables y un rancho destruído, hizo grandes esfuerzos para empezar a producir unas pocas especies de diferentes aromáticas. Todavía recuerda el trabajo que le costo producir unos pocos borditos de orégano, tomillo, estragón y comino. También fué pionero en el tema de investigación para desecar tomate al sol, en la serranía pocitana, tema que fué motivo de una nota en nuestro suplemento.

Varios años después, y con la producción en marcha la familia ya participaba de casi todas las actividades de la cadena agroindustrial, tanto en campo como en el procesamiento artesanal y la posterior comercialización local del producto.

Luego de presentar un proyecto de carácter agroindustrial, y con un volumen importante de diversas especias, condimentarias y aromáticas obtenibles en Pocito, obtuvieron un préstamo del Consejo Federal de Inversiones (CFI) para conseguir una máquina envasadora y otros accesorios menores, todos útiles para agilizar el final de la cadena productiva.

En la actualidad

Hoy, a 21 años de aquella nota, que reflejó Suplemento Verde en sus extensas páginas de entonces (tamaño sabana y con muy poco color), los hijos han tomado el legado, y así Ignacio, Gastón y Sara Meglioli se dedican de lleno a esta actividad.

Nos dice "Nacho" al entrar a la finca "de a poco fuimos mamando todos los pasos de este trabajo, y tanto en lo que es campo, como lo que es proceso y hasta el tema ventas, lo manejamos nosotros. Nos hemos especializado cada uno en lo suyo, y así mi hermana está en el tema producción agroindustrial, mi hermano en comercialización y fábrica y yo exclusivamente en ventas."

Gastón indica "actualmente estamos procesando orégano y pimentón, todo depende de la época del año; nuestra intención es ampliar la canasta ofertable a los clientes, para operar todo el año calendario. Algunas especies las producimos y otras las adquirimos a terceros."

Por su parte, llama la atención que Sara, la única mujer del grupo, sea la que coordina las tareas de las máquinas. "Me llevo muy bien con ellas, ya les conozco todos los detalles y solamente se nos complica cuando hay alguna rotura. Tenemos pimentón, comino, pimienta, ají, orégano, entre otras aromáticas."

Hugo y Ana María "los hacedores" de esta realidad, hoy realizan el asesoramiento integral y colaboran en guiar a sus hijos. "La novedad es que hemos diversificado hacia la gastronomía, hacemos chimichurris, condimento para pizzas, colorante amarillo, provenzal, bicarbonato y vainillín", dijeron orgullosos.

Sin duda, una tradición familiar, bien a la italiana!