La cifra es contundente: en la Argentina se pierden 16 millones de toneladas de alimento al año, lo que representa el 12,5% de la producción agroalimentaria nacional. Lo aseguró Pablo Morón, director de Agroalimentos de la Subsecretaría de Valor y Nuevas Tecnologías del Ministerio de Agricultura de la Nación, quien trabaja con el nuevo Programa Nacional de Reducción de Pérdida y desperdicio de Alimentos con el objetivo de implementar políticas públicas, en consenso, entre el sector público y privado, la sociedad civil y organismos internacionales, a fin de atender sus causas y efectos. Generar más alimentos que los demandados por su población, le da a la Argentina una ventaja competitiva que no puede desaprovechar. Argentina es el país que más alimentos produce per cápita en el mundo y se estima que para 2020 se produzca comida para 600 millones de habitantes. Hace exactamente 70 años, el 16 de octubre de 1945, mediante la creación de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) 42 países pusieron en la agenda mundial la lucha perpetua contra el hambre y la malnutrición. Hoy, la querella continúa y la Argentina tiene un potencial productivo que le permitirá alimentar a 600 millones de personas para 2020. El aporte tecnológico del INTA para enfrentar el desafío. Según las estadísticas, el desperdicio per cápita de alimentos en Europa y América del Norte es de 95 a 115 kg/año, mientras que en el África subsahariana y en Asia meridional y sudoriental esta cifra representa sólo de 6 a 11 kg/año. En cambio, en las sociedades con mayor poder adquisitivo, se estima que la pérdida anual es de 222 millones de toneladas, cifra que casi alcanza a la producción alimentaria neta del África subsahariana (230 millones de toneladas).