Lo que hasta hace algunos años parecía sólo ciencia ficción, se aproxima a la realidad de un futuro no muy lejano: la minería en asteroides podría ser más productiva y eficaz que la que se realiza en la superficie terrestre. Diferentes compañías y gobiernos a nivel mundial han comenzado a indagar y legislar sobre un tema que al parecer tiene más ribetes legales que económicos. En Argentina, el senador nacional Federico Pinedo presentó recientemente un proyecto de ley para regular la exploración y explotación de materias primas en yacimientos minerales localizados en el espacio ultraterrestre. En sus fundamentos determina que el objetivo es “explotar materias primas de asteroides y planetas”, al mismo tiempo que los minerales podrían extraerse “in situ o mediante diversos procedimientos para capturar asteroides y traerlos hasta la órbita cercana a la Tierra para su posterior procesamiento”.
El texto presentado por el senador asegura que se trata de una “herramienta hábil para promover la radicación de nuevas empresas en el país. No sólo por las posibilidades económicas que implica, sino también porque ello supondrá avances tecnológicos que tendrán claras repercusiones en otros sectores económicos y sociales”.
Incluso, el legislador nacional pone énfasis en que “la inteligencia de iniciativas como la que propongo serán generadores de nuevas inversiones y grandes oportunidades de trabajo en la Argentina”.
En este contexto cabe destacar que según un informe presentado en 2018 por la agencia estadounidense NASA (Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio) se han identificado más de 12.000 asteroides llenos de mineral de hierro, níquel y metales preciosos en concentraciones mucho más altas que las que se encuentran en la Tierra.
Cabe destacar que los mencionados asteroides integrados por grandes reservas minerales se encuentran localizados en un radio de 45 millones de kilómetros del planeta.
La riqueza intergaláctica a nivel mineral es tanta que la NASA ha determinado que existen recursos por más de 100.000 millones de dólares por habitante terrestre en el cinturón de asteroides del sistema solar, ubicados entre las órbitas de Marte y Júpiter.
Ya en el año 2015, el renombrado astrofísico Neil de Grasse Tyson, comentó a la CNBC: “La minería que se desarrollará en asteroides abrirá una puerta a un vasto universo de energía y de recursos ilimitados”. Aunque también vaticinó que existirán “grandes problemas legales para determinar la propiedad de los recursos”.
Luxemburgo, el más avanzado
Argentina comienza a dar los primeros pasos en un tema que muchos países vienen tratando hace décadas. Una de las naciones más pequeñas del mundo, Luxemburgo, se ha convertido durante los últimos años en el centro de la minería cósmica en el planeta Tierra. El gobierno de dicho país colabora actualmente de manera muy estrecha con dos de las empresas líderes del sector: Deep Space Industries y Planetary Resources. Dichas compañías están operando hace varios años y planean beneficiarse de la minería de asteroides.
En 2016, Luxemburgo, que es sede de varias compañías de satélites, estableció la “Iniciativa de Recursos Espaciales”. El país europeo proporcionó 223 millones de dólares de su presupuesto nacional espacial a fondos iniciales y subvenciones a compañías que trabajan en la minería ultraterrestre.
“Nuestro objetivo es establecer un marco general para la exploración y el uso comercial de los recursos de cuerpos celestes, como los asteroides o la Luna”, sostuvo Etienne Schneider, Viceprimer ministro y Ministro de Economía de Luxemburgo.
Riqueza espacial
Las investigaciones realizadas por NASA y ESA (Agencia Espacial Europea) indican que existen tres clases de asteroides según su tipo espectral: los del tipo C (carbonáceos), los del tipo S (silicatos) y M (metálicos). Los primeros se encuentran en la zona exterior del cinturón principal de asteroides y son los más comunes de todos. Se cree, además, que su composición es la más aproximada a la del Sol. Los del tipo S son más frecuentes en las regiones interiores de ese cinturón, cerca de Marte, mientras que los de tipo M ocupan las zonas medias. Existen otros dos tipos: D (troyanos) en la órbita de Júpiter, formados mayoritariamente por carbono. Y los de clase V, situados en el sistema solar exterior, entre el gigante gaseoso y Neptuno. Cada uno de ellos tiene diferentes ventajas para las futuras compañías mineras espaciales, pero son sus órbitas las que acabarán determinando cuáles serán elegidos para ser los primeros explotados.
80
por ciento de hierro contienen los asteroides de tipo M, además de encerrar 20% de níquel, platino, oro, iridio, paladio, magnesio, rodio, osmio y rutenio, entre otros.
Según datos de la empresa multinacional Planetary Resources, un solo asteroide rico en platino de apenas 500 metros de longitud puede contener más metales del grupo del platino que todo lo que se ha extraído en la historia del planeta Tierra. Pero como serán pocas las empresas capaces de desarrollar la minería espacial, el aspecto legal será fundamental para evitar el monopolio en ese campo.