Que Celina Correa y su hermana melliza dieran sus primeros chapuzones en el agua desde muy pero muy pequeñas fue determinante para esta profesora de Educación Física. Es que una vez recibida de su profesión quiso conocer los alcances de eso que ella hacía en el agua mientras fue chiquita. Por eso se especializó en Matronatación en Córdoba, la actividad que en la actualidad la tiene fascinada. Y que contagia a otros.

Según explica la experta, que además es guardavidas, "la matronatación es una actividad de estimulación acuática para el bebé con el acompañamiento de una persona cercana. Por medio de una serie de juegos llega a poder flotar y moverse en el agua. El aporte de la mamá y el papá o quien lo acompañe es fundamental porque el momento en el agua sirve para reforzar el vínculo inicial con el pequeñito. Es una vivencia única”, dice desde la experiencia.

Una clase cualquiera insume una hora dentro del agua e incluye diferentes momentos que van desde la adaptación para ingresar al agua hasta un espacio de relax al finalizar. "De a poquito se le van mojando los bracitos, las piernitas, la carita para que no sea tan brusco el cambio de ámbito, se hace una entrada en calor, se lo sumerge en el agua y se lo saca, se lo pone de cúbito ventral y cúbito dorsal como parte del juego. Luego hay una parte específica donde se lo ayuda al bebé a hacer patadas y otros ejercicios. Para terminar hay un ejercicio de relajación donde su mamá le canta una canción conocida para el pequeño. Entonces algunos se duermen, otros se tranquilizan y otros salen con más pilas. Inclusive hay muchos bebés a los que se les despierta el hambre y salen de la pileta para tomar la teta o la mamadera”, detalla la profesora.

Está clarísimo que para un bebé, el medio acuoso es un espacio conocido y saludable ya que remite a los 9 meses de gestación. Sin embargo, fuera de la panza, el agua puede convertirse en un espacio no siempre amigable. Por eso la matronatación se promueve a partir de los 3 meses, tiempo en el que ya ha madurado el sistema inmunológico, protegiéndolo al pequeño con defensas que minimizan los riesgos de contagios de otitis, conjuntivitis y resfríos solo por citar un ejemplo. Y cuando los chicos ya tienen la inmunización de las primeras vacunas del calendario obligatorio.

"El límite son los 2 años aproximadamente. Depende cómo se desarrolla el niño en el agua. Hay que tener en cuenta que bebés a partir del año y medio con bracitos, ya pueden desplazarse solos y como tienen fuerte la parte abdominal y parte espinal, ya pueden tomar clases de natación solitos”, indica.

Entre los múltiples beneficios para quien practica esta disciplina se destacan aspectos físicos como ejemplo el desarrollo motor (el agua ofrece mayor resistencia y, a la vez, brinda estabilidad, fundamental para regular el tono muscular por ejemplo), a nivel cardiovascular, aumenta la capacidad respiratoria y aumenta las reservas de defensas de inmunidad. Pero fundamentalmente estar en el agua, al cuidado de la mamá o el papá tiene muchas ventajas afectivas o mejor dicho emocionales que van más allá de fortalecer el vínculo con los progenitores. También sirve para generar autoconfianza y confianza en los demás, fomentar la socialización y el compartir con otros, el contacto con los pares (otros niños en el agua haciendo la misma actividad), el aprendizaje de límites y reglas de convivencia en el agua que vale la pena conocer desde chiquitos.

No sólo las mamás son las personas habilitadas para llevar a cabo este proceso. Aunque sí son generalmente quien se hace cargo. De todos modos, Celina indica que su experiencia, la actividad es muy enriquecedora para los papás, inclusive abuelos, madrinas, padrinos, tíos u otras personas de confianza para que el bebé se sienta cómo y seguro.

"No hace falta que el adulto tenga nociones de natación. Es que la actividad se realiza en piletas bajas donde el adulto hace pie y está cómodo para que sea aprovechable el momento. Es más si hay padres con miedo al agua trabajamos con ellos en la adaptación para que puedan superarlo y no se lo transmitan al bebé. Y así todos lo disfrutan”, cuenta Celina.

La matronatación puede realizarse en cualquier momento del año ya que el agua se aclimata a la temperatura necesaria. Sólo hay que llevar malla y gorrito (es fundamental por cuestiones higiénicas), tanto para la mamá como para el bebé, quien deberá usar sí o sí pañales para el agua.

El dato

El espacio de Matronatación de Celina Correa funciona todos los sábados, en tres turnos: a las 10, las 11 y las 12. Está evaluando la posibilidad de abrir un en la semana y a la siesta.

La actividad se realiza en la pileta climatizada de la Clínica Sol de Abril (Malvinas Argentinas 654 Sur, Rivadavia) y tiene un costo de 1.200 pesos por mes (incluye la clase del bebé y la posibilidad de ser acompañado por la mamá y el papá u otro adulto). Para mayor información comunicarse a los teléfonos 4-332873 y 2645047834

 

Fotos colaboración Celina Correa.