Un grupo de empresarios comenzó en el 2007 con inversiones en la zona de al Sur de Retamito, cerca del límite Sur de San Juan en el departamento Sarmiento. El cultivo elegido fue el olivo y se decidió el desarrollo de un programa de inversión de unas 1.800 hectáreas en un sólo "paño" del agreste desierto pedemontano, pero propiedad de cuatro grupos empresarios: "Nuestros olivos", "Acequión SA", "Cumbres del Olivo" y "Oliva terra". Actualmente el proyecto se encuentra en un grado de desarrollo del 40%.
Desde el estudio agronómico Caputo-Coralli & Asoc., los ingenieros Ricardo Caputo y Mario Coralli explicaron que los motivos para invertir fue la conjugación de tres factores claves:
* Un agroclima apropiado: suelo, clima y agua en equilibrio.
* Paquete tecnológico: sistema de plantación intensivo -800 Plantas por hectárea de densidad-, sistemas de riego presurizados, automatización y gestión del sistema de agua, sistema de conducción apropiado para mecanización del cultivo y cosecha mecánica.
* Un grupo de personas, "mal llamado recursos humanos", altamente capacitados-
El paquete tecnológico
El gran desafío de estas empresas es generar alta productividad y bajos costos, traducidos en un rinde importante en kilogramos de aceite por hectárea al menor costo posible y con la mayor precocidad de cosecha.
Para ello los ingenieros Caputo y Coralli apostaron a un marco de plantación de 6,5 x 2 metros, lo que aumentó la densidad final a un total de 770 plantas por hectáreas, es decir, un sistema intensivo.
En cuanto al sistema de conducción del olivo, explicaron que lo que se logró con las técnicas de poda, es conformar prácticamente un seto, a fin de facilitar la recolección mecánica cabalgante de sistema continuo.
El objetivo final de este sistema es la reducción del costo de cosecha, que este año fue de U$S 2.500 aproximadamente para la recolección manual, mientras con una cosechadora Colusus, el costo por hectárea es de U$S 400.
En cuanto a la productividad consignaron el rinde en un promedio de 1,7 toneladas de grasa por hectárea para un cultivo de cuatro años de edad, buscando equilibrarlo finalmente en 2,5 toneladas de aceite por hectárea.
En la presente temporada en las variedades cosechadas, barnea y picual, se está logrando un rinde por hectárea de 9.500 kilogramos.
En cuanto a la calidad del aceite de oliva, se obtuvo baja acidez, buenos amargos, picantes y muy frutado al paladar. Se trata de aceites estables en el tiempo. La aceituna se fasonea en plantas elaboradoras que prestan este servicio.
El riego
Para el riego del cultivo se eligió tecnología israelí en riego por goteo, que permite entre otros aspectos el manejo automatizado total del agua de riego:
* Computadora central conectado al equipo de riego con radio frecuencia, apertura y cierre de válvulas automáticas y encendido y apagado del pozo con previo desarenado del pozo.
* El equipo puede ser administrado por un solo operador de manera remota tanto desde la oficina del campo como así también por internet.
* Las labores de fertirrigación están integradas a la automatización.
Los profesionales agregaron que los proyectos cuentan con estaciones meteorológicas on line, vinculadas al equipo de riego y para la toma de decisiones en torno al cultivo. Con un sistema presurizado automatizado, integrado a una estación meteorológica, el ahorro del agua suma más de un 65% respecto de los tradicionales.
Finalmente indicaron que con este "paquete tecnológico", el nivel de eficiencia en costos fijos comparado con los sistemas tradicionales del cultivo del olivo supera el 25% de ahorro, con componentes como la mano de obra, que se reducen hasta en un 30%.
Frente a un esquema de precios internacionales complejo, la completa automatización del riego, gestión del agua adecuada y fertilizaciones a localizadas, hacen que el costo de producción de materia prima es una clave obligada para la subsistencia del sector.

