"Lástima que mejore en un momento algo tardío, porque arrancó bajo", explicó el agricultor Walter Aciar en las cercanías de la villa cabecera de Jáchal, respondiendo a nuestra pregunta sobre su opinión particular sobre la actualidad de la actividad cebollera en esa zona.

Prosiguió "estuvo en $ 17, luego $ 19, subió a $ 31, bajó de nuevo; y ahora se puso a tono con la realidad, sobre $ 35 y hasta $ 38 la bolsa; así el productor ve un pequeño beneficio, porque venimos muy mal, se lo digo con sinceridad", agregó.

Y por su cara, su tono de voz y su sencillez, se nota que el hombre no mentía, ya que vienen de varias temporadas agudas en lo económico, malas en cuanto a la falta de agua para riego, con subas indiscriminadas de insumos agrarios, con falta de personal para las fincas y con bajos rendimientos por hectárea.

No pasa nada

Por otro lado, Mario Quiroga, oriundo de la tradicional zona jachallera de La Pampa del Chañar y productor que se definió "de toda la vida" contó a este medio que son bajos los rindes por hectárea y eso los desalienta. "Antes se daban las 1.500 y hasta 1.600 bolsas por hectárea y ahora si llegamos a las 1.200 es bueno; han bajado los números y eso tiene que ser por varios motivos: el hombre en general está sin dinero en el bolsillo, también debería incorporar más tractores y herramientas a su parque automotor, la cantidad de agua a distribuir es escasa desde hace tres años, los fertilizantes y herbicidas están muy caros, también la preparación de la tierra… y cuando no curamos a tiempo apenas llegamos a las 1.000 bolsas y tiene que valer mucho la unidad para que sea negocio, así no va", sentenció.

La realidad es que esta zona de San Juan no es ajena a la realidad de todos los mercados del agro, con estancamiento en lo técnico y pérdidas de competitividad. Pero con un particular quedo con respecto a otras zonas de Argentina como por ejemplo el sur bonaerense, donde Buratovich, Pedro Luro, Hilario Ascasubi, en las cercanías de Bahía Blanca, armaron galpones con la incorporación de máquinas seleccionadoras y clasificadoras por tamaño, y mejoraron tecnologías hasta llegar a cosechar 2.500 y 3.000 bolsas por hectárea; incluso productores de punta sacan más. Y de ahí abastecen al país y a Brasil, el gran comprador de nuestra cebolla.

Pero volviendo a la temporada, se han cultivado menos hectáreas que los años tradicionales y aunque no existen datos de relevamientos serios, los chacareros hablan de un 30 a 35 % menos de superficie cubierta a lo habitual.

Han influido según sus comentarios las fuertes sequías que afectan la provincia, las lluvias y granizos que han perjudicado a numerosas hectáreas, y los bajos precios pagados.

"Solamente el que guarda hasta julio o julio puede vender bolsas a muy buen precio, a veces hasta $ 50 por bolsa, pero quedan muy pocas, ya que el agua las pudre y a veces de 1000 bolsas en febrero, llegamos como mucho a 400 en invierno, agregó en San Isidro don Carlos García, que siempre hace unas hectáreas "para no perder el vicio", junto a sus membrillos y un lote de tomate para la agroindustria.

Terminó "ahora, en 10 días se han logrado unos valores importantes, creo que $ 40 es una bolsa bien vendida, pero si uno hace el promedio, debe superar los $ 20 y también $ 25 en todas las ventas, para ver alguna ganancia. Son momentos de mejoras de rentabilidad en este subibaja que es la venta de esta hortaliza".