Las langostas son plagas migratorias y transfronterizas con una capacidad de dispersión de hasta 150 km por día y una alta voracidad: “Dichas plagas deben ser circunscriptas a su hábitat natural a fin de evitar daños económicos significativos”, consideran al declarar el alerta. Que, asimismo, y si bien la plaga no causa daños a la población, la presencia de altas densidades poblacionales de la misma puede generar un impacto social importante en zonas urbanas.
En Argentina, las regiones del Noroeste Argentino (NOA) y del Noreste Argentino (NEA) son las áreas que con mayor probabilidad pueden resultar afectadas por la langosta. El valor de la producción agrícola de los principales cultivos de estas regiones ronda los U$S 3.700 millones, cifra que no incluye frutales, cultivos industriales, pasturas naturales ni diversos forrajes anuales utilizados en la producción ganadera representando por lo tanto un “límite inferior” a la “producción sujeta a riesgo”.
Sin embargo, en la región Centro e incluso en Cuyo han aparecido mangas ocasionalmente causando daños de relevancia
