Las últimas precipitaciones de lluvia y granizo han causado ya algunos focos infecciosos de hongos y bacterias en la provincia sobre todo en la variedad Red Globe, y en algunas blancas como la Chardonnay y Pinot Gris. En las uvas Criolla y Cereza no hay daños importantes todavía. Los profesionales de fincas reconocieron que hay apariciones puntuales en racimos, porque la lluvia ha sido importante.Se recomienda estar alertas y realizar los tratamientos correspondientes .
Protección contra Peronóspora
Las labores que favorecen una mayor ventilación del viñedo disminuye la intensidad del ataque.
El éxito de la protección consiste en efectuar los tratamientos en forma oportuna para impedir o detener la germinación de las oosporas.
El único método eficaz para su control es el uso de productos químicos, que son preventivos o curativos. En el primer caso las aplicaciones deben efectuarse inmediatamente que se produzcan las lluvias para impedir la germinación de las oosporas, repitiendo los tratamientos siempre y cuando persistan las condiciones favorables para el desarrollo del hongo o después de una lluvia superior a 20 mm que produce el lavado del producto.
En el segundo caso curativo- se aplican productos que son absorbidos rápidamente y no es necesario repetirlos luego de una lluvia intensa al no sufrir el lavado (siempre que no existan períodos muy prolongados).
Podredumbres
En la misma participan un complejo etiológico en la pueden intervenir hongos, levaduras y bacterias, teniendo un comportamiento irregular dependiendo de las condiciones (principalmente humedad) favorables para su desarrollo.
En orden de agresividad Botrytis es la más importante, ya que produce pérdida en la producción y también afecta cualitativamente la elaboración de vino al modificar la composición química de los granos afectados (degradación de la materia colorante, destrucción de la película que contiene la sustancias aromáticas y transformación de los azúcares en alcohol y ácidos), dificultando la clarificación y aumentando la fijación de anhídrido sulfuroso y acidez volátil. En el caso particular de la uva de mesa la enfermedad no sólo produce pérdida en el cultivo, sino también en la conservación y transporte. En este complejo de hongos los más comunes son además Aspergillus, Penicillium, Rhizopus, Alternaria y Cladosporium. Estos son saprófitos que están presentes en el medio ambiente y siempre necesitan una herida en la baya para iniciar el ataque. El momento de mayor susceptibilidad a estos hongos es cuando los racimos comienzan a incrementar su contenido de azúcar (más de 10 ¦ Brix) , la temperatura oscila entre 22-30¦C y la humedad relativa mayor a 80 %.
La podredumbre ácida es generada por levaduras (Candida, Saccharomyces, Kloeckera) y bacterias (Acetobacter y Gloconobacter) , que se encuentran en la piel y se introducen a la baya por heridas producidas por stress hídrico, granizo, temperaturas elevadas, humedades relativas superiores a 70 %, russet y ataques de insectos.
Síntomas: oxidación del hollejo, ablandamiento y maceración de la pulpa por las levaduras, formación de vinagre (aparición de la mosquita del vinagre que difunde la enfermedad) y pérdida de mosto.
Para lograr un apropiado manejo se recomienda utilizar los productos registrados para su uso en vid.
Respetar momentos de aplicación y utilizar la maquinaria adecuada en buenas condiciones de uso.
El viento y el agua, las claves en peronóspora
Puede atacar todos los órganos verdes de la vid, sin embargo en esta parte del año se localiza en hojas. Para su diseminación necesita agua libre por un lapso mayor a 2 horas. Se presenta bajo la forma de manchas de aceite de 4 a 8 mm de ancho, en la parte superior de la hoja, correspondiendo con una pelusa blanca en la cara inferior.
Las condiciones necesarias para que se produzca la contaminación primaria son: oosporas maduras (algo así como el “huevo” del hongo), temperaturas superiores a los 12 ºC y lluvias superiores a los 10 mm durante 6 a 8 horas nocturnas, dicha infección primaria, ya ha se producido hace tiempo.
Las condiciones para que se produzca la contaminación secundaria son: presencia de conidios (fragmentos del hongo que emerge de las hojas y llevados por el viento actúan como semillas e infestan otras hojas) y agua, en estado líquido sobre las hojas, por un tiempo superior a las 2 horas nocturnas. Esta situación se manifestó en algunas áreas de nuestra provincia.
El tiempo entre el inicio de un ciclo y el final del mismo está ligado a la humedad relativa (superior a 75 %) y la temperatura (entre 12 y 28 ºC, siendo la óptima de 20 a 25 ºC).
En el caso de producirse temperaturas superiores a 35 ºC el ataque se detiene, pero el hongo no muere, sino que permanece dentro de la hoja, esperando que se presenten nuevas condiciones favorables a su desarrollo.
La importancia del ataque, en esta época, se debe a la pérdida de hojas y posterior rebrote, lo que afecta la producción de azúcares ocasionando una incorrecta madurez del fruto y disminución de las sustancias de reserva, causando una mala formación de yemas y deficiente brotación del año próximo. Es por eso que INTA recomienda efectuar los tratamientos para su control y aprovechar dicha aplicación para prevenir ataques de oidio. Además se aconseja disminuir los riegos y efectuar labores culturales (eliminación de malezas, brotes de la cruz, etc.), que favorezcan la ventilación y disminuyan la humedad relativa ambiente.