Para todos los pobladores de Angualasto,
la elaboración de vino
casero o “patero” forma parte de
su historia y su cultura desde los
mismos orígenes del pueblo. Cada pequeña
casa de adobe posee al menos un
par de parrales con los cuales fabrican
su vino “a gusto”, según comentaron
distintas familias del lugar. Aquellos
que se dedican a elaborar vino patero
para la venta a turistas se agruparon en
la Asociación de Productores de Vino
Artesanal. Fue esta institución la que
incentivó a través de su propuesta a la
compañía minera Barrick para que colaborara
con la recuperación de los históricos
viñedos y la mejora de la calidad
del vino. “Muchos de los parrales
que ahora están armados nuevamente,
limpios y alambrados, antes eran solo
un olvidado pedazo de tierra con el que
prácticamente no se podía hacer nada.

Hay que tener en cuenta que la mayoría
de las plantas que tenemos acá tienen
más de 70 años”, comentó Aldo Valinotti,
Presidente de la Asociación. Y
continuó: “El día que llegaron los palos,
el alambre y los materiales para fertilizar
la tierra nuestra sonrisa era gigante,
pero les dije a los demás productores
que era la hora de ponernos a trabajar
juntos, ayudándonos unos a otros y escuchando
siempre lo que nos dice el ingeniero
agrónomo y el enólogo. Y como
ninguno tiene una extensión tan grande,
decidimos repartirnos entre nosotros
los materiales que nos habían dado para
cubrir una hectárea y media de parrales”.
La mayoría de las personas que elaboran
vino artesanal en Angualasto es
gente de avanzada edad, y según explicó
el ingeniero agrónomo Omar Zamorano,
“no pueden manejar grandes extensiones
de tierra, por eso tampoco se puede
hablar mucho de rendimiento, porque

producen alrededor de 200 litros de vino
al año, lo que es muy poco”. Y continuó:
“La idea no es industrializarlos ni cambiarles
la tradición que tienen en cuanto
a la forma de elaboración, sino capacitarlos
para que sepan cómo es mejor el
riego, los momentos de poda y también
como se maneja el tema de los fertilizantes”.

Como tradicionalmente se hace desde
hace cientos de años, toda la familia interviene
en el proceso de elaboración de
vino patero en Angualasto. “Al ser en su
gran mayoría personas de avanzada
edad, esperan a que su hijos, tíos y sobrinos
que trabajan en la mina Veladero,
bajen de sus turnos para cumplir
con algunas de las tareas”, comentó Julio
Fonseca, Supervisor Oficial en Iglesia
para la empresa minera Barrick.
La nueva ruta construida que se abre
paso, entre otros sitios, por Angualasto
abre muchas posibilidades para que los
productores de vino artesanal puedan
ofrecer sus productos a los turistas que
visitan el departamento, y más específicamente
el Dique Cuesta del Viento.

“Nosotros no queremos romper la tradición
del vino artesanal, al contrario,
queríamos mantenerla, por eso pedimos
un poco de ayuda. Para conservar la cultura
de todo el pueblo. Es por eso que
también ahora en marzo realizamos una
fiesta donde hacemos degustación de todos
los vinos que se elaboran, además de
frutas secas, quesos y demás”, explicó
Aldo Valinotti. Y concluyó: “Tenemos
vino de gran calidad, fruto del esfuerzo
y la tradición. No usamos ningún tipo de
conservante. Y muchos dicen que eso es
malo porque el vino se pica. Pero el
nuestro no. Incluso la gente del INV,
cuando nos da la aprobación anual, nos
dicen que tenemos un microclima aquí
y nos recomiendan que no cambiemos
nunca nuestra forma de hacer vino”.